Page 124 - Libro Orgullo y Prejuicio
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coronel Fitzwilliam tomó parte en la conversación con la soltura y la facilidad de
un hombre bien educado, era muy ameno; pero su primo, después de hacer unas
ligeras observaciones a la señora Collins sobre el jardín y la casa, se quedó
sentado durante largo tiempo sin hablar con nadie. Por fin, sin embargo, su
cortesía llegó hasta preguntar a Elizabeth cómo estaba su familia. Ella le contestó
en los términos normales, y después de un momento de silencio, añadió:
—Mi hermana mayor ha pasado estos tres meses en Londres. ¿No la habrá
visto, por casualidad?
Sabía de sobra que no la había visto, pero quería ver si le traicionaba algún
gesto y se le notaba que era consciente de lo que había ocurrido entre los Bingley
y Jane; y le pareció que estaba un poco cortado cuando respondió que nunca
había tenido la suerte de encontrar a la señorita Bennet. No se habló más del
asunto, y poco después los caballeros se fueron.