Page 31 - Necronomicon
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venta, el funcionario le mencionó un precio que era elevado pero no desmedido. Sprague,
bastante seguro de que, si fuese necesario, podría revender el manuscrito a la sección de
antigüedades del museo de Filadelfia, lo compró. Aparentemente no tuvo ningún problema
para sacarlo del país.
Una vez de nuevo en América, trató de hacerlo traducir, pero se vio frustrado. Los expertos
le dijeron que se trataba de un idioma que se parecía al persa, pero que en su mayor parte
parecía ser geberiano. Esto animó a Sprague, que observó que la palabra geberiano se
derivaba del alquimista Geber, el cual fue más o menos contemporáneo del legendario
Alhazred. Sin embargo, cuando Reinhold Carter, del Museo Metropolitano, declaró que
estaba seguro de que el manuscrito era una falsificación del siglo XIX, se descorazonó. En
1969, su interés volvió a renacer al recibir una carta del funcionario de Bagdad
ofreciéndole, en una postdata, la recompra del manuscrito por una cantidad superior a la
que había pagado. Expresó su deseo de hablar sobre el particular, pero no recibió respuesta.
Otro corresponsal árabe le dijo más tarde que el funcionario había sido encarcelado por
malversación de fondos del gobierno.
En 1973, Sprague decidió publicar el manuscrito en facsímil, que apareció en el Owlswick
Press de Filadelfia con el título de Al Azif, El Necronomicon. En un prólogo, Sprague
contaba la verdadera historia de la forma en que lo había conseguido, pero después pasaba a
la ficción, asegurando que tres eruditos árabes, después de haberse comprometido a
traducirlo, habían desaparecido, y que esto se debía probablemente a haber susurrado las
palabras mientras las escribían. De hecho, el verdadero motivo de la publicación de la obra
era la esperanza de que algún erudito árabe se interesase por el misterio.
Este es el momento en que aparece Robert Turner en el asunto. Turner es el fundador de un
moderno grupo mágico llamado la Orden de la Piedra Cúbica, que actúa en
Wolverhampton. La Orden publica una revista semestral llamada The Monolith. En el libro
Ritual Magic in England, de Francis King, puede encontrarse un informe sobre la Orden. Al
igual que yo mismo y que Kenneth Grant, Robert Turner se ha convencido hace tiempo de
que los Mitos Lovecraft no son simplemente una invención romántica, sino que se basan en
una antigua tradición mágica, "un patrón arquetípico que apoya y unifica la masa
aparentemente sin conexión de datos mágicos y mitológicos... ".
El Sr. Turner estaba convencido de la validez básica de la magia por muchas de las mismas
razones que yo. Ingeniero de profesión, admite que lo que le condujo a interesarse por la
magia y por la brujería era puramente un impulso romántico, una fascinación por lo
misterioso e insólito. Pero cuando empezó a estudiar tradiciones mágicas que procedían de
todo el mundo y de civilizaciones de un remoto pasado, se sorprendió de su subyacente
consistencia. Si la magia es realmente un producto de la superstición y la ignorancia, podría
esperarse que las creencias mágicas de los esquimales y los indios del Perú no tuviesen
nada en común. Pero el hecho es que existe entre ellas una asombrosa similitud que ha sido
señalada repetidamente por los antropologistas, desde Sir James Frazer hasta Joseph
Campbell (cuya monumental obra The Masks of God es la mejor introducción moderna
sobre el tema). Un indio americano shaman 3o hechicero) no tendría dificultad alguna en
comprender los procedimientos mágicos de un colega de Nueva Guinea o Letonia. Los
descubrimientos arqueológicos revelan que la magia de Babilonia o de Tebas no era muy
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