Page 194 - 18375
P. 194

Pg: 194 | 18375-UV | 7 -Back | 17-04-19

         194|   En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Seis:  El encuentro   | 207  humilde hogar. Al principio, debido a su pura inocencia, él   Divina había llevado al Sabiondo a que se hospedara en su   El  Simple se dio cuenta de que la Supervisión Individual   perspectiva de vida tan errónea.  hacer

         la imagen de la piedra grabada a la gema. Él la copió con                        que no lo dejan dormir. Y entonces, si uno no logra obtener
         total exactitud, a excepción de un pequeño error que nadie                       dinero por medios legales, o sea, cumpliendo con las leyes de
         más iba a poder discernir fuera de él mismo. El noble fue a                      la Torá y las leyes civiles, entonces siente que está justificado
         recibir la gema y estaba muy complacido con el trabajo pero                      en  transgredir  las  leyes  y  cometer  delitos  a  fin  de  obtener
         el Sabiondo sufría intensamente a causa del error: “Con lo                       dinero. Solamente la persona que confía en Hashem y sabe
         grande que es mi sabiduría… ¡y aun así fui capaz de hacer un                     que todo proviene únicamente de Él no enloquece a la hora
         error semejante!”.                                                               de procurar el sustento.

                                                                                          A menudo la gente contrae problemas financieros al tomar
                                                                                          préstamos enormes pensando que si invierte a gran escala,
         Acá Rabí Najman describe otro caso completamente distinto,                       también va a obtener beneficio a gran escala. Pero ¿quién le
         en el que el noble estaba sumamente satisfecho con la piedra                     puede garantizar que así será? Al invertir dinero que no tiene,
         grabada que había hecho el Sabiondo, pero este no lo estaba,                     uno está incurriendo en tremendas deudas. Este fenómeno
         porque había hecho un pequeñísimo error que nadie ni                             también es producto de la falta de emuná, porque la persona
         siquiera había advertido, pero esa desviación tan leve de la                     que tiene emuná simple no gasta ni invierte dinero que no
         forma en que quería hacer las cosas bastaba para arruinarle el                   tiene. Cuando uno tiene emuná, sabe que Hashem le da todo
         estado de ánimo.                                                                 aquello que necesita en el momento en que lo necesita, y por

         No importa lo que sucediera, el Sabiondo sentía amargura y                       lo tanto vive dentro de sus posibilidades y es feliz con lo que
         tristeza. Por el contrario, el Simple siempre estaba contento,                   le tocó en la vida.
         a pesar de que era perfectamente consciente del bajo nivel de                    Aquel que tiene excesiva confianza en su propia astucia en vez
         su labor y de las burlas de la gente. Así como el Sabiondo                       de confiar en Hashem acaba tomando decisiones financieras
         estaba triste no importa lo que pasara, el Simple estaba alegre                  muy desafortunadas. Es por eso que el rey sabio quería un
         no importa lo que pasara.                                                        ministro del tesoro que fuera una persona simple, no una

         Ninguna persona es capaz de complacer a todo el mundo,                           persona astuta. La persona simple no recurre a métodos
         porque  nadie  es  perfecto.  Pero  cuando  el  individuo  tiene                 chapuceros ni hace nada que no sea perfectamente honesto y
         emuná, entonces sabe aceptarse a sí mismo así como es y es                       sincero. El rey no tenía necesidad de preocuparse acerca de si
         feliz, a pesar de sus defectos y a pesar de lo que las demás                     el ministro les ofrecía puestos de influencia a familiares o si
         personas puedan pensar o decir de él. Por ende, podemos                          hacía malversación de fondos…
         decir que la emuná constituye la verdadera libertad espiritual                   La persona que tiene emuná simple no se preocupa por
         y emocional.                                                                     cuestiones financieras ni tampoco va corriendo tras el dinero
                                                                                          y mucho menos gasta lo que no tiene. Jamás va a tocar algo
                                                                                          que no le pertenece. Él lleva a cabo su tarea con absoluta
         La auto-persecución                                                              simplicidad e inocencia, sin buscar ganancias personales. Es
                                                                                          una persona de fe verdadera y por lo tanto es absolutamente
         Las palabras del Sabiondo: “Con lo grande que es mi                              fiel  y  confiable.  Es  obvio  que  el  rey  –o  cualquier  otro
         sabiduría… ¡y aun así fui capaz de hacer un error semejante!”                    empleador, dado el caso– estaría más que feliz de contar con
         están haciendo alusión a la más grande enfermedad de esta                        una persona así en un puesto tan estratégico.
         generación en la que vivimos: la auto-persecución.






                   #-- - 18375-UV | 7 - B | 17-04-19 | 15:27:40 | SR:-- | Black   de que como personas no tienen ningún valor y que   mismos y cada vez que fracasan llegan a la conclusión   completamente destrozado.  no dejó de luchar por su ilusión hasta que no quedó   mismos. En esta categoría entra e








































































                                   Capítulo Seis:  El encuentro   | 195
   189   190   191   192   193   194   195   196   197   198   199