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         234|   En el Jardín de la Sabiduría  Capítulo Siete:  Cambio de rumbo   | 231  ulteriores ni engaño…  conformidad con su genuina simplicidad sin motivaciones   un  caso,  él  decía:  “Tú  eres  inocente  y  tú  eres  culpable”  en   Cuando se presentaban dos personas ante él para que juzgara

         No debe sorprendernos entonces que toda la nación amara                          pasar el escrutinio más simple. El astuto mensajero del rey le
         tanto al nuevo gobernador, que era una persona honesta,                          responde sin vacilar:
         humilde y de conducta impecable. Él, por su parte, les
         prodigaba a todos su amor, y los trataba con gran paciencia.
         Como si fuera un libro abierto, él explicaba las razones de sus                  El mensajero astuto respondió: “¡Pero espera! ¡Yo te he traído
         veredictos a fin de instruir al pueblo en el camino de la verdad,                una carta del Rey!”.
         la justicia y el comercio leal. Ni por todo el dinero del mundo
         iba a estar dispuesto a apartarse de la verdad. Todos sabían
         de su rectitud y por lo tanto aceptaban de buena manera sus
         decisiones.                                                                      El astuto mensajero del rey, que todavía no se tragó el veneno
                                                                                          de la herejía del Sabiondo, le responde con simplicidad: “Dado
                                                                                          que te he traído una misiva del rey, ¿cómo puedes dudar? O
                                                                                          sea, ¿de qué otro lugar va a provenir una carta así?”.
         y tenía también consejeros que lo amaban de verdad. Uno
         de  ellos,  por  amor,  le  aconsejó:  “Siendo  que  ciertamente                 La carta del rey es una alegoría, es un símbolo de la Torá,
         deberás presentarte ante el Rey –primero, porque te mandó a                      ya que la Torá es de hecho “una carta del Rey”. La Torá nos
         llamar y segundo, porque se acostumbra que los gobernadores                      convoca a presentarnos ante Él.  Al realizar y observar los
         se presenten ante él– si bien tu conducta es ejemplar en la                      preceptos del Rey, nos estamos uniendo a Él, ya que Su Luz
         forma en que diriges el estado, no obstante, es propio del Rey                   Divina está oculta dentro de cada uno de los preceptos de la
         expresarse con sofisticación y hablar en otros idiomas. Por lo                   Torá.
         tanto, es apropiado y respetuoso que sepas responderle al Rey.
         Por eso, sería bueno que te enseñe disciplinas intelectuales e                   El corazón del Sabiondo estaba torcido. En términos simples:
         idiomas”.                                                                        él ha decidido negar la existencia del rey. Admitir que existe
                                                                                          un rey en el mundo implicaría que hay alguien en el mundo
                                                                                          más importante o más inteligente que él. Y eso era algo que
                                                                                          él de ninguna manera podía hacer, así que simplemente negó
         El Simple decidió que la idea era aceptable, diciendo: “¿Qué                     la existencia del rey. Ahora, la mente y la lógica retorcidas del
         tiene de malo aprender disciplinas intelectuales e idiomas?”.                    Sabiondo se pierden por completo tratando de demostrar que
         De inmediato pensó en las palabras de su amigo, el Sabiondo,                     tiene razón:
         respecto a que le resultaría imposible (al Simple) alcanzar el
         nivel de él (del Sabiondo). Y ahora iba a alcanzar el nivel de
         sabiduría del Sabiondo
                                                                                          El  Sabiondo  le  preguntó:  “¿Acaso  recibiste  la  carta
         En ningún momento el Simple tuvo la menor duda de que                            directamente del Rey?”.
         Hashem dirige el mundo y que, por lo tanto, le podía dar todo
         lo que quisiera, incluyendo el nivel de sabiduría del Sabiondo,                  Él respondió: “No, alguien me entregó la carta en nombre del
         en un abrir y cerrar de ojos. Por eso, Hashem dirigía la vida                    Rey”.
         del Simple de acuerdo con su nivel de emuná: dado que creía                      Entonces  él  le  dijo  al  mensajero:  “Ves  entonces  con  tus
         con total emuná que Hashem podía hacerlo todo, ¡Hashem le                        propios ojos que lo que digo es cierto, que no existe un Rey en
         demostró que tenía razón!                                                        absoluto”.
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