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                                      Capítulo Siete:  Cambio de rumbo   | 237
 244|   En el Jardín de la Sabiduría  Capítulo Ocho:  El declive del Sabiondo   | 253  tono tan firme que no leamos libros de filósofos en los que se   construir. Es por eso que nuestros Sabios nos advierten en   por completo la emuná que la persona tardó tantos años en   misma manera, una palabra o dos
 Torá está desperdiciando una oportunidad única de conocer   le construyeron los edificios en el lugar que había mandado el
 al Rey. Imagínense el sublime placer que se siente al conocer   Rey y él fue y aceptó su cargo con plena autoridad.
 a un rey de carne y hueso, al ver sus suntuosas vestimentas,
 al sentarse en un sillón en su espléndido palacio, al hablar con
 él cara a cara. Pues bien: ningún mortal tiene la capacidad de   El hecho de que el Simple fuera capaz de aceptar su nuevo
 concebir siquiera el indescriptible deleite de conocer al Rey   cargo con autoridad da testimonio de su genuina humildad.
 de Reyes, Quien ciertamente prodiga regalos invalorables a   La falsa humildad hace que la persona dude de su propia valía
 todos aquellos que Lo buscan. ¿Quién no va a alegrarse ante   y se menosprecie a sí misma. Una persona sin autoestima
 la posibilidad de concretar un encuentro semejante?  jamás habría podido aceptar semejante cargo. Pero dado que
 Dice el Midrash que cuando Hashem quiso dar la Torá,   el Simple era realmente humilde, él era totalmente consciente
 primero se dirigió a las naciones del mundo. Estas Le   de su sabiduría, sus talentos, su éxito y su valía personal sin
 preguntaron: “¿Qué está escrito en la Torá?”. Hashem les dijo   por eso volverse arrogante.
 ciertos preceptos que prohibían sus pasiones físicas, por lo que   La diferencia entre la verdadera humildad y la falsa
 no quisieron aceptarla, cada nación por un motivo diferente.   humildad es que la segunda hace que la persona dude de sí
 Pensemos un momento: ¿acaso hay una forma mayor de   misma, mientras que la primera no hace más que fortalecer
 arrogancia y de insolencia que no sólo rehusarse a aceptar un   su  autoestima  y  su  confianza  en  sí  misma.  La  persona
 regalo del Rey sino para colmo pedirle a Él que abra el regalo   verdaderamente humilde depende de Hashem, no de sí
 para que uno pueda inspeccionar su contenido?  misma. Y por lo tanto es capaz de enfrentarse a cualquier

 Desde la época de nuestros antepasados, el pueblo judío   desafío.
 ha servido a Hashem con emuná simple e incuestionable.   Ahora podemos comprender lo que antes resultaba confuso:
 Cuando Hashem les preguntó si querían recibir Su Torá, ellos   ¿cómo es posible que el Simple, quien hasta ahora había sido
 respondieron “naasé ve-nishmá” – haremos y escucharemos.   una persona tan suave, de repente se haya transformado en
 En otras palabras, primero cumpliremos con todos los   el ministro principal del rey, o sea, en una figura con tanta
 preceptos de Hashem y recién después haremos preguntas.   autoridad? La respuesta es que no perdió la compostura a
 Esto es característico del Simple, quien actúa de inmediato al   pesar de sus nuevas responsabilidades. ¿Y de dónde obtuvo
 ser convocado por el rey, dejando a un lado todas las palabras   el poder para no perder la cabeza a pesar del tremendo
 para después. Esta característica siempre ha sido el blanco de   éxito que alcanzó? La respuesta es que se lo atribuyó todo a
 los ataques de los herejes.  Hashem. Él llevó a cabo su tarea con total autoridad, pero sin

           por eso dañar su humildad ni en lo absoluto.

 Si es a causa de mi sabiduría, ¿qué soy yo comparado con el   Toda persona que ocupa un cargo de autoridad y que no hace
 Rey? ¿Acaso él no tiene sus propios sabios? El Rey mismo   ejercicio de su autoridad tal como debería está fallándoles a
 debe ser muy sabio, entonces ¿cómo es posible que me haya   sus subordinados. Allí donde no existe la debida autoridad,
 convocado?”. Y estaba desconcertado por ese motivo.  se produce un caos. Por ejemplo, si un maestro se comporta
           como un compañero más de clase, entonces el aula va a ser un
           circo, no un aula. La madre que no les exige a sus hijos que
           ordenen los juguetes y no cuelguen la ropa en la soga para
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