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242|   En el Jardín de la Sabiduría
 Capítulo Ocho:  El declive del Sabiondo   | 247  sucumbiendo a todas aquellas cosas que la Torá prohíbe. Por   Simplemente están buscando excusas para continuar   una ideología, pero en realidad no se trata de una ideología.   con sus pasiones físicas.  Así es como hacen de su herejía   cuenta de que l
 pasar el escrutinio más simple. El astuto mensajero del rey le   Es evidente que una convocatoria por parte del rey no es   Capítulo Ocho:
 responde sin vacilar:  el momento indicado para hacerse el remolón. Entonces                        El declive del Sabiondo
         ¿por qué el Sabiondo no respondió de inmediato? Una vez
         que examinemos sus pensamientos y sus sentimientos más
 El mensajero astuto respondió: “¡Pero espera! ¡Yo te he traído   íntimos,  vamos  a descubrir  que  él  sencillamente  no  creía
 una carta del Rey!”.  en el rey. De hecho, en medio de las nubes de su intelecto
         desacertado, él tenía serias dudas acerca de la existencia                       Ahora  bien:  el  Sabiondo,  al  recibir  la  carta  del  Rey,  le
         misma del rey…                                                                   respondió  al  astuto  mensajero  que  se  la  había  entregado:

 El astuto mensajero del rey, que todavía no se tragó el veneno                           “Espera y pasa aquí la noche, y hablaremos del tema los dos
 de la herejía del Sabiondo, le responde con simplicidad: “Dado                           juntos”.
 que te he traído una misiva del rey, ¿cómo puedes dudar? O   A la noche, le preparó una suntuosa comida, durante la cual
 sea, ¿de qué otro lugar va a provenir una carta así?”.  el  Sabiondo  se  puso  a  racionalizar  con  su  sabiduría  y  su
         filosofía, diciendo así: “¿Qué es esto, que un rey como este me                  El Sabiondo, tras recibir la misiva del rey y leer que el rey
 La carta del rey es una alegoría, es un símbolo de la Torá,   mande a llamar? Un rey como este que tiene todo un gobierno   lo estaba invitando al palacio real, no se movió de su lugar.
 ya que la Torá es de hecho “una carta del Rey”. La Torá nos   y  semejante  grandeza,  y  yo,  que  soy  una  persona  de  tan   En vez de cumplir con los deseos del rey, prefirió esperar,
 convoca a presentarnos ante Él.  Al realizar y observar los   bajo nivel y tan despreciable en comparación con un rey tan   consultarlo con la almohada, analizar el tema y pensarlo dos
 preceptos del Rey, nos estamos uniendo a Él, ya que Su Luz   grandioso y tan temible como este. ¿Cómo es posible concebir   veces. Esto fue una tremenda afrenta a la honra del rey.
 Divina está oculta dentro de cada uno de los preceptos de la   siquiera que sea lógico que el Rey convoque a alguien tan
 Torá.   insignificante como yo?                                                          La  precipitación muchas veces nos hace tomar decisiones

 El corazón del Sabiondo estaba torcido. En términos simples:                             incorrectas. Es muy bueno tener cuidado y pensar las cosas
                                                                                          dos veces, pero no siempre.
 él ha decidido negar la existencia del rey. Admitir que existe
 un rey en el mundo implicaría que hay alguien en el mundo   Parecería  que el  Sabiondo estaba dando  una  muestra  de   Cuando la verdad es clara como el agua, uno tiene que decidir
 más importante o más inteligente que él. Y eso era algo que   humildad cuando se llamó a sí mismo: “una persona de tan   y actuar en conformidad. Por ejemplo, si alguien se está
 él de ninguna manera podía hacer, así que simplemente negó   bajo nivel y tan despreciable”, mientras que al rey lo calificó   ahogando o está atrapado en un edificio que se está incendiando,
 la existencia del rey. Ahora, la mente y la lógica retorcidas del   de “grande y temible”. Pero su arrogancia se deja entrever   no llamamos a una reunión de comité para analizar el tema,
 Sabiondo se pierden por completo tratando de demostrar que   en sus palabras de falsa humildad. Él buscaba una sola cosa:   sino que hacemos todo lo que está humanamente a nuestro
 tiene razón:  inflar todavía más su ya de por sí enorme ego. El Sabiondo                 alcance por salvar una vida, aunque sea profanando el
         se pregunta a sí mismo: “¿Cuál es este don tan fantástico que                    Shabat, ya que esa es la voluntad de Hashem. Siempre que
         yo tengo y que el rey o sus asesores no tienen para que él me                    sabemos exactamente qué es lo que desea el “Rey”, o sea,
         convoque?”. En otras palabras, el Sabiondo estaba dispuesto a
 El  Sabiondo  le  preguntó:  “¿Acaso  recibiste  la  carta   responder al llamado del rey únicamente si sentía que el rey lo   cuando estamos frente a una oportunidad de cumplir con un
 directamente del Rey?”.  necesitaba. Eso inflaría aún más su propio ego y le posibilitaría   precepto explícito de la Torá, no nos demoramos. Nuestros
                                                                                          Sabios afirman en más de una ocasión en la Guemará que “los
 Él respondió: “No, alguien me entregó la carta en nombre del   comparecer ante el rey lleno de pompa y soberbia.  ágiles corren a hacer mitzvot”.
 Rey”.   Pero mientras el Sabiondo no pudiera establecer en su mente
 Entonces  él  le  dijo  al  mensajero:  “Ves  entonces  con  tus   de qué manera él era superior al rey, no tendría interés en   La ley judía exige que madruguemos y recemos a la hora
                                                                                          indicada. También se elogia a la persona que cumple de
 propios ojos que lo que digo es cierto, que no existe un Rey en   responder a su convocatoria. De hecho, no quería hacer nada   inmediato con los deseos de sus padres, ya que ese también
 absoluto”.  que no le alimentara el ego en forma directa. Rabí Natan de

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