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Capítulo Ocho: El declive del Sabiondo | 245
236| En el Jardín de la Sabiduría Capítulo Siete: Cambio de rumbo | 229 público, el que pierde es el público. Eso fue precisamente lo sus propios intereses personales y el beneficio de todo el es que cuando se las pone a prueba, y tienen que elegir entre aunque no necesariamente t
sabiduría, no había nada ni nadie que pudiera apartarlo del El hecho de que el Sabiondo se refiera a su propia sabiduría Torá está desperdiciando una oportunidad única de conocer
camino de la integridad. A pesar de sus nuevos conocimientos, cuando habla acerca del rey demuestra que no es tan “sabio” al Rey. Imagínense el sublime placer que se siente al conocer
él siguió siendo la misma persona honesta e inocente del como piensa. Porque la persona verdaderamente sabia no se a un rey de carne y hueso, al ver sus suntuosas vestimentas,
principio. considera a sí misma sabia. Cuanto más uno sabe, más se da al sentarse en un sillón en su espléndido palacio, al hablar con
cuenta de lo mucho que no sabe. Del mismo modo, cuanto él cara a cara. Pues bien: ningún mortal tiene la capacidad de
más uno se acerca a Hashem, más se da cuenta de lo lejos concebir siquiera el indescriptible deleite de conocer al Rey
Después, el Rey envió mensaje al Simple de que se presentara que está realmente de Él. Es por ese motivo que Rabí Najman de Reyes, Quien ciertamente prodiga regalos invalorables a
ante él, así que él viajó a ver al Rey. El Rey empezó a hablarle cita al Ari de bendita memoria, quien dice: “El epítome del todos aquellos que Lo buscan. ¿Quién no va a alegrarse ante
acerca de gobernar el estado y el Rey estaba sumamente conocimiento es saber que no sabemos nada”. la posibilidad de concretar un encuentro semejante?
complacido, pues vio que el Simple gobernaba con rectitud El hecho de que el Sabiondo se niegue a anularse a sí mismo Dice el Midrash que cuando Hashem quiso dar la Torá,
y con una gran verdad, sin nada de corrupción ni de engaño. ante el rey es lo que hace sonar la alarma: ¡uno puede perder primero se dirigió a las naciones del mundo. Estas Le
Después, el Rey se puso a hablar acerca de distintas toda una fortuna de abundancia material y espiritual por preguntaron: “¿Qué está escrito en la Torá?”. Hashem les dijo
disciplinas intelectuales e idiomas, y el Simple le respondió culpa de la arrogancia! Esta persona le encuentra defectos a ciertos preceptos que prohibían sus pasiones físicas, por lo que
de modo apropiado, y entonces halló mucho más favor aquellos que en realidad son mejores que él y encuentra todo no quisieron aceptarla, cada nación por un motivo diferente.
aún a los ojos del Rey. El Rey dijo: “Veo que es un hombre tipo de motivos para no acatar las palabras de los Sabios. Se Pensemos un momento: ¿acaso hay una forma mayor de
brillante… ¡y aun así se conduce con tanta simplicidad!”. burla de lo que dicen los tzadikim contemporáneos debido a arrogancia y de insolencia que no sólo rehusarse a aceptar un
Esto resultaba muy gratificante para el Rey que ellos no pertenecen a su entorno en particular. Rechaza el regalo del Rey sino para colmo pedirle a Él que abra el regalo
consejo que podría salvarle el matrimonio o el sustento debido para que uno pueda inspeccionar su contenido?
a que su ego no le permite admitir que el líder espiritual que
El rey disfrutó enormemente la reunión con esta persona está dando el consejo sabe mejor que él lo que tiene que hacer. Desde la época de nuestros antepasados, el pueblo judío
que, a pesar de su vasto conocimiento de idiomas y diversas ha servido a Hashem con emuná simple e incuestionable.
disciplinas intelectuales, seguía siendo una persona honrada, Por el contrario, la persona simple valora inmensamente la Cuando Hashem les preguntó si querían recibir Su Torá, ellos
inocente y humilde. Es sabido que la sabiduría, si se la utiliza oportunidad de escuchar las palabras de un sabio. Y si se le respondieron “naasé ve-nishmá” – haremos y escucharemos.
mal, hace que la persona se vuelva soberbia. Y en el momento presenta la oportunidad de encontrarse con un tzadik cara En otras palabras, primero cumpliremos con todos los
en que uno se vuelve soberbio, pierde toda la inocencia, toda a cara, no cabe en sí de alegría, pensando “¡Quién sabe el preceptos de Hashem y recién después haremos preguntas.
la humildad y toda la honradez. Se transforma en una persona beneficio que obtendré al recibir el consejo de alguien tan Esto es característico del Simple, quien actúa de inmediato al
taimada y manipuladora, que está dispuesta a pisotear a todo piadoso y tan erudito!”. Esta persona se vuelve discípulo ser convocado por el rey, dejando a un lado todas las palabras
el mundo con el fin de obtener alguna ganancia personal. cercano del rabino y guía espiritual, y le plantea todas sus para después. Esta característica siempre ha sido el blanco de
Y a pesar de todo, he aquí un increíble ser humano que, a preguntas y le pide su consejo en todas las fases de la vida. los ataques de los herejes.
pesar de sus vastos conocimientos, no obstante seguía siendo Él sabe que sus maestros –a quienes considera mucho más
humilde y honrado. Y entonces el rey lo elevó todavía más en sabios que él– lo van a conducir por el sendero de la emuná y
la escalera de la autoridad y del éxito: el crecimiento espiritual, cuya validez ya ha sido comprobada Si es a causa de mi sabiduría, ¿qué soy yo comparado con el
en forma fehaciente. Aquel que tiene emuná simple no trata de Rey? ¿Acaso él no tiene sus propios sabios? El Rey mismo
de modo que lo designó primer ministro. Le asignó un sitio “reinventar la rueda” con toda clase de matices e indagaciones debe ser muy sabio, entonces ¿cómo es posible que me haya
especial que sería su despacho y dio órdenes de construir un seudo-intelectuales que no lo llevan a ninguna parte. convocado?”. Y estaba desconcertado por ese motivo.
extravagante palacio con murallas dignas de un ministro
semejante. El Rey le entregó una carta en la que se daba Imagínense solamente qué ocurriría si el Sabiondo se hubiera
testimonio de su designación como primer ministro. Y así fue: presentado ante el rey con sus vastos conocimientos, y sin