Page 61 - Confesiones de mi alumno
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Ahora tenía que representar a su colegio en la etapa provincial, en      donde

                  competiría con otros alumnos de otras instituciones; la mayoría grandes


                  unidades. Se había convertido en el más popular, junto a los otros ganadores de

                  canto y teatro. Las chicas, de pronto las chicas le buscaban más y le pedían

                  consejos.


                  ―Enriquito, ¿me ayudas con mi tarea?   ―y el sin pensarlo dos veces les


                  explicaba,  quizá a  él le  entendían  mejor  que  a su profesora, y  pronto el

                  muchacho empezó a confundir la situación, y creía que sus   compañeras

                  estaban enamoradas  y locas por  él. Estaba tan seguro de eso.



                  ―Yo les gusto, profe   ― me lo repetía.


                  Enseñaba a sus compañeras de otros salones y hasta llego a ganar    dinero por

                  enseñarle al hijo de su vecino. Un  hombre que trabajaba en el municipio, quien


                  muy agradecido le daba  veinte soles.    Con ese       dinero  recargaba  su  celular,

                   para ver sus videos, dice él educativos;   pero pronto  dejo ese vicio, o a lo mejor

                      nunca lo dejo quién sabe, y  con   ese  dinero que    ganaba se iba a las    casas

                  nocturnas, donde las chicas vendían su amor  por   unas cuantas  monedas.



                  Una tarde en el recreo al verme pensativo me hablo.


                  ―¡Aja profe, te vi en ese lugar donde hay chicas!   ―entonces me        apresure a


                  contestarle.


                  ―¿Y usted qué hacía ahí?               ―no  respondió  a  mi pregunta  y    vi  como

                  sonrojaba  su rostro.









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