Page 64 - Confesiones de mi alumno
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compañeros le mandaban callar ―¡ya cállate zombi!
― Deberías ser más humilde ―le dije, pero sus ojos miraban a otro lado,
distraído: así era él. No entendía esa virtud de los sabios. Tampoco estoy
seguro si comprendía de sus profesores, y de no ser así, la vida le aleccionaría.
Ella no enseña con palabras suaves, con explicaciones amenas, no. La vida
nos enseñaba con golpes, en esto tenía razón Vallejo, y si uno no entendía te
Volvía enseñar, una y otra vez te golpeaba la vida hasta que uno finalmente
comprendía.
Poco a poco sus compañeros se fueron retirando del grupo, hasta que nos
quedamos él y yo, entonces hablo:
―Profe te cuento.
―¿Qué? - Le respondí
―Ayer fui temprano a participar en el concurso de matemática y me encontré
con un compañero esperando, al verle le dije: ¡por qué pierdes el tiempo,
deberías estar repasando para ganarme en el examen!
―La matemática es muy amplia y me falta mucho por aprender ―me
respondió mi compañero.
―Profe Yo le dije: sí, tienes razón, estoy de acuerdo, te falta mucho para
alcanzar mi nivel, “yo soy el mejor matemático de mi cole”.
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