Page 122 - Auge y caída del antiguo Egipto
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por su singular monumento funerario, al que, en un cambio radical con respecto
               a la tradición reciente, se le dio la forma de un sarcófago gigantesco en lugar de

               la  de  pirámide—,  llegó  al  poder  una  nueva  dinastía,  la  V  (2450-2325),  en  la

               persona del rey Userkaf. Desde el primer momento, este se mostró ansioso por
               empezar de nuevo, presentándose como el fundador de una nueva era, un nuevo

               modelo de gobierno y un nuevo concepto de realeza. Su primera y más pública

               declaración  de  intenciones  fue  la  elección  de  su  tumba.  Ignorando  la

               extravagante  innovación  de  Shepseskaf,  volvió  al  modelo  tradicional  de  la
               pirámide, y, de manera más significativa aún, decidió construirla en una esquina

               del  recinto  de  la  gran  Pirámide  Escalonada  de  Necherjet,  convertida  ya  por

               entonces  en  un  venerable  monumento  de  doscientos  años  de  antigüedad.  Con
               ello se vinculaba explícitamente a uno de los grandes reyes del pasado; así como

               el reinado de Necherjet había marcado un nuevo comienzo, lo mismo había de

               suceder con el de Userkaf.

                  Pero mientras que la enorme pirámide de Necherjet —y las de sus sucesores
               de la IV Dinastía— había proyectado una imagen inequívoca del poder político

               del  rey,  Userkaf  eligió  un  camino  distinto,  subrayando  en  cambio  el  carácter

               sagrado de su cargo. Aunque su pirámide era un monumento más bien pequeño
               (con solo unos cincuenta metros de altura, constituía la pirámide real de menor

               tamaño  construida  hasta  la  fecha),  se  destinaron  muchos  más  recursos  a  otro

               monumento completamente independiente y distinto de la tumba del rey. Era un
               templo solar, construido en Abusir, a mitad de camino entre Saqqara y Giza. A

               su modo, se trataba de una innovación tan audaz y memorable como la Pirámide

               Escalonada.  Formado  por  un  recinto  amurallado  de  piedra  con  un  simbólico
               montículo en el centro, el monumento de Userkaf —bautizado como Nejen-Ra,

               «fortaleza de Ra»— fue diseñado, sobre todo, para subrayar la relación única del

               rey con el dios solar. En el atrio, bajo los rayos del sol, se celebrarían sacrificios

               que se consagrarían a Ra en un altar situado frente al montículo. Si hemos de
               creer lo que afirman las representaciones jeroglíficas contemporáneas, es posible

               incluso  que  el  montículo  estuviera  coronado  por  una  percha  de  madera,  para
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