Page 151 - Auge y caída del antiguo Egipto
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Guerra civil
DESPUÉS DE MÍ EL DILUVIO
La muerte de Pepy II en 2175, tras un reinado de una duración récord, provocó
una crisis dinástica más grave que ningún otro acontecimiento al que se hubiera
enfrentado Egipto desde la fundación del Estado casi mil años antes. Durante el
Imperio Antiguo habían estallado periódicamente disputas por la sucesión, pero,
incluso después de los golpes palaciegos, las poderosas fuerzas del
conservadurismo en el seno de la corte real habían logrado siempre volver a
imponer el orden y restablecer el statu quo. Sin embargo, esta vez fue distinto. El
sucesor designado por Pepy, su hijo Nemtyemsaf II, llegó de hecho a acceder al
trono, pero su reinado fue breve. Para cuando su centenario padre falleció, él
mismo debía de ser ya un hombre muy anciano. El siguiente soberano,
Neithikerty Siptah, era de ascendencia incierta, y ni siquiera sabemos con
certeza si fue hombre o mujer. El nombre sugiere que era un hombre, pero la
tradición posterior le identifica como una reina; un hecho sintomático de la
confusión que por entonces acosaba a la familia real, al gobierno y al conjunto
de Egipto. Los proyectos de construcción del Estado se interrumpieron, y lo
mismo ocurrió con las expediciones exteriores en busca de botín. Preocupado
por los problemas de su propio territorio, el vacilante gobierno no tenía el menor
interés en emprender aventuras en el extranjero. En la remota avanzadilla de Ain
Asil, en el oasis de Dajla, durante generaciones un baluarte contra la infiltración