Page 349 - Auge y caída del antiguo Egipto
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del rey, similar al del sol, sobre todas las tierras. Tal como lo describe el registro
oficial del acontecimiento:
Aparición del doble rey Neferjeperura-el-único-de-Ra y la gran esposa del rey Neferneferuatón-
Nefertiti sobre el gran palanquín de electrum para recibir el tributo de Siria y Kush, del Oeste y el Este,
de todas las tierras extranjeras reunidas para la ocasión, incluso las islas en medio del mar, rindiendo
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tributo al rey.
Y no es que todos los gobernantes extranjeros se sintieran impresionados por
esta característica exhibición de superioridad egipcia. En una carta duramente
redactada a Ajenatón, el rey Ashur-uballit de Asiria se quejaba: «¿Por qué había
que obligar a [mis] mensajeros a permanecer constantemente bajo el sol y morir
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al sol?». ¡Cuán ingrato era el embajador asirio por haberse quejado ante su rey
de tan pródiga exposición a los vivificantes rayos de Atón!
FINAL DE TRAYECTO
Sin embargo, hasta el divino favor tenía sus límites. Apenas los delegados
extranjeros habían dejado a Ajenatón cuando la tragedia se abatió sobre la
familia real. La segunda hija del rey, Meketatón, murió a la tierna edad de siete
años, seguida, no mucho después, por la amada madre del monarca, Tiye. Ambas
fueron enterradas, tal como Ajenatón había decretado, en la tumba real, tallada
en la ladera de una colina, en un solitario valle del desierto en el horizonte
oriental, a unos trece kilómetros de la ciudad. Las vívidas escenas que
representan el duelo captan perfectamente el sentimiento de sus apesadumbrados
parientes.
Las lágrimas de una madre por su hija muerta representan la última escena
que tenemos de Nefertiti en Ajetatón, ya que inmediatamente después
desaparece de los registros oficiales. Quizá la misma calamidad que se había
llevado a su suegra y a su hija acabó también con su vida. O acaso los indicios