Page 381 - Auge y caída del antiguo Egipto
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Guerra y paz
BATALLA REAL
Una clara mañana de mayo de 1274, poco después del alba, Ramsés II levantó el
campo y se puso al frente de su ejército. Tras él, bajo el aire frío, avanzaba, lenta
pero segura, una enorme fuerza expedicionaria de más de veinte mil hombres
que se abría paso por el camino polvoriento, descendiendo desde la posición
estratégica en lo alto del risco donde había pasado la noche hasta el valle que se
extendía a sus pies. Después de un mes de marcha —desde la frontera egipcia
con Gaza hasta Megido atravesando la región montañosa de Canaán, y luego por
los valles del Litani y el Bekaa—, el destino final del ejército se hallaba solo a
medio día de camino.
La gran ciudad de Qadesh había sido un elemento decisivo en la política de
poder de Oriente Próximo durante siglos. Situada en el fértil valle del río
Orontes, controlaba una de las pocas rutas que cruzaban la cordillera de la costa
uniendo la Siria interior con el litoral Mediterráneo. Resultaba, pues, de vital
importancia estratégica para el control de la región entera (veinticinco siglos
después, los cruzados también sabrían reconocer ese mismo imperativo
estratégico, y construyeron a solo unos kilómetros de allí el mayor de sus
castillos, el Crac de los Caballeros).
Durante el reinado de Thutmose III, el príncipe de Qadesh había sido el líder
de los rebeldes derrotados en Megido. En época más reciente, Qadesh había
logrado enfrentar a los egipcios y los hititas, pasando a otorgar su lealtad a un
bando y a otro. Asimismo, los astutos gobernantes de la ciudad habían tomado