Page 419 - Auge y caída del antiguo Egipto
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confiados con respecto a la seguridad nacional como para poder desplazar su
atención hacia el otro deber permanente de la corona: honrar a los dioses. La
comisión de inspección, encabezada por el «archivero jefe del Erario Real» (un
hombre con muy buen ojo para los detalles y un gran interés en los monumentos
históricos), inició su recorrido en Abu, en la provincia más meridional de Egipto,
y desde allí se dirigió hacia el norte lenta pero metódicamente. Todos y cada uno
de los templos del territorio fueron examinados con toda la panoplia burocrática
del antiguo Egipto. Se revisaron los graneros para evaluar la riqueza de los
templos y el estado de las reservas nacionales de cereales; se inspeccionó el
estado de los edificios para ver si necesitaban reparaciones; se examinaron los
rituales para garantizar que se realizaban correctamente, y se sacaron a la luz y
se erradicaron sistemáticamente las prácticas corruptas. Al final del ejercicio, el
rey tenía a su disposición el que probablemente constituía el informe sobre la
infraestructura religiosa del país más exhaustivo de toda su larga historia.
Basándose en los hallazgos de la comisión, Ramsés ordenó que se iniciara un
amplio programa de reorganización, reconstrucción y restauración. El antiguo
templo de Seth en Nubt fue remozado, y al lado se construyó un nuevo santuario
consagrado a esta deidad. La barca-altar de Dyerty, construida en la XVIII
Dinastía, también fue restaurada para devolverle su antiguo esplendor, y en el
cercano templo de Luxor se llevaron a cabo otros trabajos de embellecimiento.
En Ipetsut, el mayor complejo sagrado del país, el rey encargó un nuevo paso
intermedio y un templo consagrado a la diosa Jonsu. En conjunto, todo ello
representó un resurgimiento religioso, un renacimiento del patrocinio real
destinado a emular los logros del reinado de Ramsés II. Explícita o
implícitamente, Ramsés III estaba tratando de dar marcha atrás al reloj y
convencer a Egipto de que los días de gloria del Imperio Nuevo todavía seguían
presentes.
Además de restaurar la estructura física de los templos, el rey también amplió
sus dotaciones de tierras y de personal. Decidido a ser reconocido y recordado
como un gran benefactor, ordenó que se enviaran tres expediciones a tierras