Page 91 - Auge y caída del antiguo Egipto
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ordenado por Jasejemuy; en ese caso, sería el tercer recinto monumental de su
reinado. Una vez completado, debió de convertirse, con mucho, en el mayor y
más impresionante monumento real que Egipto había visto jamás hasta entonces.
Jasejemuy había llevado el país al umbral de una nueva era.
PIRÁMIDES Y POLÍTICA
Hoy, el Gisr el-Mudir no es más que una sombra de lo que fue. La razón de ello
no es que se dejara inacabado, ni que su construcción fuera de mala calidad. La
explicación está allí mismo, recortándose contra el cielo de Saqqara: la Pirámide
Escalonada del rey Necherjet. Los constructores de la primera pirámide de
Egipto hicieron lo mismo que harían sus sucesores durante toda la historia
egipcia: miraron a su alrededor buscando dónde conseguir fácilmente piedra de
construcción, y la encontraron en un monumento cercano. En lugar de tomarse la
molestia de ir a buscar piedra nueva a las canteras, se limitaron a desmantelar el
Gisr el-Mudir y a reutilizar sus sillares para construir algo aún más grandioso. El
resultado, la Pirámide Escalonada, domina nuestra visión de la III Dinastía
(2650-2575) del mismo modo que domina el paisaje que la rodea. El soberano
para el que se construyó fue el heredero directo y sucesor designado de
Jasejemuy. Pero así como Necherjet (también conocido como Dyeser o Zoser)
heredó la predilección de su padre por los diseños grandiosos, estaba igualmente
decidido a eclipsar los logros de Jasejemuy, y llevaría la expresión visible del
poder absoluto a nuevas cotas, tanto metafórica como literalmente.
La Pirámide Escalonada inició su andadura de forma bastante ambiciosa,
como una enorme mastaba, construida en piedra para que fuera eterna. Se alzaba
formando un solo escalón, elevándose sobre la cámara mortuoria del rey; una
montaña de piedra que pretendía reproducir el montículo primigenio de la
creación. En un brillante destello de inspiración, los dos elementos de las
anteriores tumbas reales de Abedyu —una tumba y un recinto funerario