Page 107 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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diferentes tipologías, que hubieron de va
riar en función de sus ocupantes y desti
no (viviendas familiares, viviendas mixtas
—destinadas a habitación y a taller artesa-
nal—, residencias señoriales, palacios).
En general, su alzado y aspecto exte
rior pueden deducirse de las llamadas ur
nas Calabresi, localizadas en Caere en
1869 por P. Calabresi. Dichas urnas, de
uso funerario durante el siglo vil a.C.,
presentan «forma de casa», de plantas
más o menos rectangulares y techadas a
doble vertiente con paredes decoradas
con motivos geométricos y florales.
Disposición y estancias
Las casas etruscas, de acuerdo con las
citadas umas y con los restos arqueológi
cos que nos han llegado, fueron al comien
zo (casa «A» de Luni) de planta rectangular
y de una sola habitación (9 X 12 m), cu
bierta con terraza o bien con techumbre a
doble vertiente, semejantes al mégaron micénico. Pronto aparecieron en su disposición
otros ambientes secundarios que facilitaron tres o cuatro estancias más; finalmente, las vi
viendas se estructuraron —tras un patio anterior a cielo abierto— en tomo a un corredor
de acceso y a un amplio espacio central. A tales ámbitos, que permitían el paso a las tres
habitaciones principales de la casa, daban otras dependencias menores.
Muchas viviendas, por otro lado, contaron con espacios cercados para animales
domésticos y con huertos y jardines en su parte posterior, así como con pozos, pro
tegidos mediante brocales, en algunos casos incluso decorados con hermosos relie
ves. La denominada «Casa del impluvium» de Ruselas, además de sus diferentes estan
cias, dispuso de un patio en cuyo centro se hallaba un pequeño estanque de planta
rectangular (impluvium) que recogía el agua de lluvia que descendía de los tejados de
inclinación convergente (compluvium).
La habitación central de las casas etruscas, de unos 25 m2 de superficie, más o me
nos, se destinaba durante el día a sala de trabajo y a comedor, pasando a convertirse en
dormitorio durante la noche. Una de las laterales se reservaría para despensa o para ha
bitación auxiliar. La otra habitación la ocuparía la cocina, tal vez con chimenea, y em
pleada, al parecer, más como punto de calefacción y de iluminación que como cocina,
si le aplicamos el sentido que en nuestros días se le da a esta estancia.
Cocinas y hornos
Está demostrado arqueológicamente (pinturas de la Tomba Golini I de Orvieto)
que las casas ricas dispusieron de una cocina u hogar fijo, elemento formado por dos
cuerpos, uno inferior en el que se cocería la carne y en ocasiones el pan, y otro, su-
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