Page 112 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Muebles etruscos (tronos, sillas, baúles y mesas). (Tomado de M. Cristofani.)
altura), de mármol, decorado con hermosos y finos relieves de temática religiosa, mi
litar y deportiva, entre otros argumentos. El Palazzo Corsini de Roma —lugar don
de se exhibe— da nombre a esta singular pieza.
La luz artificial se la procuraron con diferentes tipos de candelabros de impasto y
de bronce, por lo común de estilizadas formas, en cuyos extremos situaban las teas,
las mechas o las lucernas, alimentadas éstas con grasas de animales o aceite. También
con candiles, cuyos mocos finalizaban en artístico pico de ave; y con lampadarios,
de bellísima factura y múltiples bocas que se colgaban del techo.
En la casa etrusca no faltaba la vajilla de uso corriente, constituida por diferentes
elementos de bucchero ñero (la producción cerámica típicamente nacional), ni, por su
puesto, la fina, formada por múltiples recipientes (ánforas, tazas, copas, jarros, páteras)
de estilo griego con bellos decorados, ni tampoco los infundibula o coladores, necesa
rios para trasvasar el aceite y el vino a recipientes de estrecha boca (M. Zuffa). En las ca
sas ricas existía además vajilla fabricada en oro y plata o en plata dorada, así como al
gunos recipientes trabajados laboriosamente en marfil, hueso, alabastro y pasta vitrea.
También contaban con objetos de tocador, siempre necesarios para la cosmética,
a la que fueron muy dadas las etruscas: ungüentados, vasitos para perfumes, magní
ficos espejos de bronce, plata o cobre, cajitas de madera y un sinfín de fíbulas, alfile
res y peines que las mujeres guardaban en cofres de bronce de forma cilindrica bella
mente ornamentados, llamados cistas. La conocida como Cista Ficorini, del Museo de
Villa Giulia de Roma, es muy famosa. Tiene 60 cm de altura x 33 cm de diámetro y
fue fabricada en Preneste.
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