Page 115 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 115

la toba y cubiertas con falsa bóveda, precedida de corredor (drómos), orientado en di­
       rección noroeste, y c) por las tumbas, a modo de hipogeos, con cámara o cámaras to­
       talmente  excavadas  en  el  subsuelo,  reproduciendo  o  no  estructuras  de habitación,
       modelo este que iría complicándose cada vez más en su planimetría, hasta convertir­
       se en un modelo unitario, estandarizado, adoptando la tipología cúbica (tumbas
       a dado y a semidado), esta última muy común en las llamadas «necrópolis rupestres»
       (Blera, San Giuliano, Sovana, Norchia, Castel d’Asso).
          Hacia el siglo vil a.C., las tumbas empezaron a enriquecerse con ornamentación
       pictórica (Tomba dei Leoni Dipinti,  de Caere, por ejemplo), hecho que ya se manten­
       dría hasta muy entrada la época helenística.
          En las tumbas de Tarquinia, entre los siglos vi y ni a.C., se encuentra una tipolo­
       gía arquitectónica prácticamente idéntica, con techo por lo general adintelado.  Las
       decoradas con pinturas podían tener hasta cuatro cámaras, aunque lo corriente fue­
       ron las de una. Sus dimensiones variaban en función de determinados referentes. La
       tumba más pequeña es  la tardoarcaica  Tomba del Morente,  con cámara única de tan
       sólo 4m2, ornamentada con escenas de próthesis o exposición del difunto. La tumba
       tarquiniense de mayor superficie es la  Tomba del Cardinale, de época helenística, con
       una gran cámara de 297 m2, resultado de la unión de otras dos, todas ellas decoradas
       con pinturas muy mal conservadas.
          Más tarde, en el siglo iv a.C., tras haber sufrido Etruria una grave crisis económi­
       ca y social, comienzan a construirse además de grandes hipogeos con fachadas mo­
       numentales, con tímpano y modelado, otros en forma de «T», precedidos de un lar­
       go corredor y estancias secundarias, abiertas en ellos, así como tumbas de pequeñas
       dimensiones.  Es  interesante  constatar que  estos  hipogeos  gentilicios  no  quedaron
       restringidos a áreas concretas, sino que se difundieron por casi toda Etruria, creando
       así, en aquel tiempo, una especie de koiné de la arquitectura funeraria.































                      Tumbas.  Crocifisso del Tufo,  Orvieto. (Tomado de M. Bizzarri.)

                                                                           121
   110   111   112   113   114   115   116   117   118   119   120