Page 119 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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—la única de Tarquinia que va a considerarse aquí— sobresalen alrededor de 60 ex­
         traordinarias tumbas, todas ellas con pinturas de la más variada temática, muchas de
        las cuales dan nombre a las mismas. Algunas de las pinturas parietales de tal necró­
        polis fueron levantadas y hoy pueden admirarse en el Museo de Tarquinia, caso de
        las que adornaron en su día las llamadas  Tomba delle Olimpiadi —con representacio­
         nes  atléticas  y de  contenido  dionisíaco  (komos,  falo y ratón),  además  del  tema  del
        Phersu—; Tomba delle Bighe, con carreras de bigas y variadas escenas de atletismo y lu­
        cha;  Tomba del Triclinio, con el tema del banquete, y Tomba delLetto Funebre, con esce­
        nas también del banquete funerario.
            Asimismo, en Monterozzi se puede recordar la  Tomba del Guerriero, de mediados
        del siglo v iii a.C., decorada con escenas de banquete y juegos funerarios y que apor­
        tó un rico ajuar (hoy en Berlín), a la que siguen la Tomba del Cacciatore; la Tomba della
        PulceUa, con escenas de banquete fúnebre, y la Tomba delFiore di Loto.
            Más  interesantes, y fechadas  a partir del  siglo vi a.C.,  son las  conocidas  como
         Tomba delle Leonesse, con leonas pintadas en el tímpano y escenas de banquete anima­
        do por bailarines y músicos;  Tomba della Caccia e deüa Pesca —ésta con dos cámaras y
        ricas pinturas alusivas a la caza y pesca, además de escenas de banquete y de danza—;
         Tomba dei Giocolieri—con un caballo pintado de rojo, entre otros motivos—;  Tomba
        deiFestoni; Tomba dei Caronti—de época helenística, sobre dos niveles con figuras de
        Carontes acompañadas de sus atributos— ;  Tomba del Gorgoneion;  Tomba Cardarelli
        —con dos púgiles  desnudos y barbados  de perfiles humorísticos y caricaturizados,
        además del juego del kóttabos, muy practicado en los convites—, y Tomba della Fusti-
        gazione —con escenas eróticas, de danza y de pugilismo.
            Por su parte, la Tomba degli Aninas, llamada así por el nombre de sus propietarios,
        cuenta en  su  única  cámara  con  la representación  de  los  demonios  alados  Vanth y
        Charu(n). La  Tomba dei Leopardi es famosa por la escena del banquete funerario pre­
        sente en el tímpano de la pared del fondo. Otra escena del banquete también apare­
        ce en la Tomba del Morto, llamada así por la figuración de un catafalco con un ancia­
        no difunto. La Tomba del Tifone es una de las más amplias de Tarquinia (12,90 X 9,70 m).
        De acuerdo con las inscripciones existentes, la misma perteneció a la familia Pumpu.
        Su decoración es muy variada, sobresaliendo su cortejo funerario y dos seres mons­
        truosos con pies formados por serpientes, los Tifones.
           La familia Micha fue la titular de la Tomba degli Scudi, llamada así por los escudos
        dorados que aparecen en las paredes, pero cuyo motivo principal se centra en el cor­
        tejo del magistrado Larth Velcha y en el banquete funerario al que asisten su esposa
         Velia Seitithi y los padres de Larth, llamados  Velthur Velcha y Ravnthu Aprthnai. Son im­
        portantes también la Tomba del Cardinale, antes citada, propiedad de la familia Vestarc-
        nies,  ornamentada con interesantes pinturas —hoy prácticamente perdidas, pero co­
        nocidas gracias a la copia que hizo el pintor polaco F. Smuglewicz, entre 1763 y 1766,
        y que luego aprovecharía el estudioso inglés J. Byres, publicándolas en 1842—, alusi­
        vas a un cortejo funerario al Más Allá; la Tomba dell’Orco, del siglo iv a.C., resultado
        de la fusión de dos cámaras — Orco I y Orco II—  y un pasadizo —Orco III—, deco­
        rada la primera con personajes, entre ellos,  Velia, mujer de espléndido perfil, y textos
        relativos a las familias Churina (o Murina) y Velcha; y la segunda con escenas de ultra­
        tumba, en las que aparecen Gerión, el gigante de triple cabeza, ante Aita (Hades) y
        Phersipnai (Perséfone). El demonio  Tuchulcha, de grandes dimensiones, junto a varios
        personajes míticos griegos —Sísifo, Teseo, Agamenón, Tiresias, Áyax—, completan
        la decoración, caracterizada por sus fuertes claroscuros.

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