Page 117 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 117
Necrópolis y tumbas más significativas
Es imposible, por el gran volumen de material que se posee, pormenorizar aquí
las numerosas necrópolis etruscas conocidas, con tumbas que van del simple pozo a las
de cámara, coronadas éstas con impresionantes túmulos que hubieron de funcionar,
tal vez y en algunos casos, como enormes aras monumentales (¿o como recinto-tri-
bunas para asistir a los juegos que acompañaban la ceremonia fúnebre?), si evalua
mos en un sentido funcional las rampas y escaleras para subir sobre ellos.
Todas las tumbas son, en líneas generales, de notabilísimo interés por su profun
do significado religioso, pues se construyeron para albergar durante toda la Eternidad
una de las dos almas que todo etrusco creía poseer, en el supuesto de que la tumba
fuese individual, o varias almas en el de las colectivas, como fue el caso de muchísi
mas de ellas, utilizadas durante varias generaciones.
En razón de su importancia debemos recordar aquí las siguientes necrópolis y
tumbas:
En Veyes
Veyes fue un enclave que, además de contar con la gran necrópolis villanoviana
de Quattro Fontanili —en la que se han localizado más de 650 tumbas—, dispuso de
otras de notabilísimo interés, entre ellas, las de Monte Michele, Monte Campanile,
Casale del Fosso, Riserva del Bagno, Grotta Gramiccia y Picazzano. Tumbas notables
fueron las delle Anatre, de una sola cámara, del siglo vil a.C., adornada con pinturas,
consistentes en cinco pequeñas ánades de estilizada figura, tumba ubicada en la ne
crópolis de Riserva del Bagno, y la Tomba Campana, también del siglo vil a.C., a los
pies del Monte Michele, con largo drómos y dos cámaras sepulcrales, realzadas con
interesantes pinturas, hoy prácticamente perdidas, a base de panteras, un caballero,
perro, esfinge, escudos policromados y ornamentación vegetal, todo ello formando
un entramado fantástico.
Como se dijo antes, en la necrópolis de Grotta Gramiccia se ha localizado una
nueva tumba, ornamentada con las más antiguas pinturas etruscas documentadas
hasta hoy, denominada de los Leoni Ruggenti, por los leones que aparecen pintados
en la pared del fondo, sobre los cuales se figuran toscas figuras de pájaros acuáticos.
La tumba, fechable en los primeros decenios del siglo vil a.C., perteneció a un prín
cipe local según se deduce del material recuperado.
En Caere
Caere ubicó sus necrópolis, con monumentales hipogeos y túmulos, preferente
mente al norte y sur de su núcleo habitado. Vastas necrópolis fueron las de la Bandi
taccia, del Sorbo, del Monte Abatane y de Bufolareccia.
En la Banditaccia, al norte de la ciudad, con millares de tumbas de todas las etapas
históricas etruscas, sobresalen, junto a la llamada «Vía sepulcral», las tumbas conocidas
como Tomba dei CapiteUi, denominada así por sus capiteles de volutas eolias sobre pilas
123