Page 136 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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E l s a n t u a r io d e G r a v isc a
Por su parte, Gravisca, el puerto principal de Tarquinia, también contó con un
área sagrada con cinco recintos, en las afueras del conjunto urbano, activa a partir de
los comienzos del siglo vi a.C. y muy visitada por mercaderes griegos (samios, lidios,
efesios, milesios, jonios, eginéticos), de acuerdo con los exvotos y el material que ha
sido descubierto. Sobresale de entre el mismo, además del medio centenar de inscrip
ciones y varios millares de lámparas (G. Lilliu), un ancla de mármol, dedicada a Apo
lo Egineta por un personaje que se puede identificar tal vez con el famoso Sóstratos,
hijo de Laodamante de Egina, hombre de legendaria riqueza, como afirma Heródo
to (IV, 152), obtenida, sin duda, por la venta de esclavos, productos alimentarios, me
tales y cerámica griega en tierras griegas, tartésicas y etruscas.
En los indicados recintos de planta y dimensiones diferentes, y según se sabe por
documentos epigráficos, recibieron culto Afrodita (esto es, la etrusca Turan), Hera,
Démeter, Apolo y los Dióscuros.
Reestructurada la zona religiosa hacia el 450 a.C. (se ampliaron los ámbitos de
culto en torno a una calle axial), las divinidades griegas que se han citado fueron
identificadas con otras tantas locales (Turan, Uni, Vea y Aplu). Se levantaron, asimis
mo, nuevas capillas y altares a las divinidades allí veneradas, y en parte ya etrusquiza-
das —caso de Artume—, y otra dedicada a Atunis (Adonis), adquiriendo con ello
toda el área sagrada un verdadero carácter monumental. Gravisca funcionó, obvio es
decirlo, como activo empórion griego, autorizado por los tarquinienses.
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