Page 139 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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No se sabe nada, según apuntó D. Briquel, acerca de las reglas de sucesión real
en Etruria, pero hay que suponer que el cargo pasaría a miembros de la propia fami
lia reinante, aunque no necesariamente de padres a hijos.
Por otro lado, han llegado una pocas referencias históricas de algunos reyes etrus
cos, pudiéndose citar a Mezenzio, rey de Caere (Virgilio, Aen., VII, 647 y ss.; VIII, 481
y ss.; Tito Livio, I, 2), a Porpercio, rey de Veyes, por lo demás desconocido (Servio, Ad
Aen., VII, 695), a Vel Vibe, rey también de Veyes, según el poeta latino Nevio (en Fes
to, 334 L), y a un mítico Monto, descendiente de Haleso, hijo de Neptuno (Servio,
AdAen., VII, 697), así como a Lars Tolumnio, también rey veyense (Tito Livio, IV, 17),
y a Orgolnio de Caere, expulsado de su trono por el tarquiniense Aulus Spurinna (se
gún especifica una inscripción). Muy célebre fue Porsenna, rey de Chiusi, ya citado,
pero con amplia influencia sobre toda Etruria (Dionisio de Halicarnaso, VI, 74).
Aparte de los reyes etruscos de Roma, ya vistos en páginas anteriores, hay que re
coger a un mítico Nanas, rey de Cortona, y a otro de la misma ciudad, no menos mí
tico, de nombre Corito (Corythus).
La Lig a f e d e r a l e t r u s c a
La conciencia de una unidad superior que aglutinase a todos los pueblos etrus
cos los obligó durante la época arcaica a establecer una liga o federación (en etrus
co, mechl), denominada «Liga de los doce pueblos de Etruria», número éste de sig
nificación puramente religiosa, pues existieron muchísimos más «pueblos» (en
tiéndase ciudades) que se estructuraron a modo de las póleis griegas (caso de la
Confederación jonia, formada también por doce ciudades). Para Dionisio de Hali
carnaso (III, 61; IV, 27), tal federación aparecía ya constituida bajo los reinados de
Tarquinio Prisco y de Servio Tulio; en cambio, Tito Livio (IV, 23) la menciona,
como formada, sólo a partir del año 432 a.C. Con la evolución histórica etrusca se
perdió el carácter simbólico de la cifra 12, siendo el número de ciudades confede
radas en la Etruria propia el de 15 y en la Etruria padana el de 18.
Ante la carencia de una relación precisa de las ciudades que comportarían aque
lla entidad supraestatal (Duodecimpopuli), subsiste la dificultad de enumerarlas correc
tamente, pues a la inexistencia de un catálogo oficial de ciudades confederadas se
une la Arqueología, la cual ha demostrado que algunas ciudades de la federación to
davía no existían en el siglo vi a.C., caso de Perugia, Cortona y Arezzo.
Se puede afirmar, siguiendo a R. A. Staccioli, que a la dodecápolis etrusca hubie
ron de pertenecer parte de las ciudades de la Etruria meridional y marítima: Veyes,
Caere, Tarquinia, Vulci, Ruselas, Vetulonia y Populonia, así como las grandes ciuda
des de la Etruria interior y centro-septentrional: Volsinii, Chiusi, Perugia, Arezzo y
Volterra. A éstas se hubieron de añadir —o tal vez sustituir a alguna de ellas— cen
tros considerados en un primer momento menores y de más reciente creación, como
Cortona y Fiésole.
A. Solari emitió la hipótesis de que la posible lista oficial de ciudades hubo de ser
reformada varias veces en razón del proceso histórico evolutivo de las mismas. Para
M. Torelli, aquella primitiva Liga se hallaría ya en funcionamiento hacia finales del
siglo vil a.C.; en cambio, para G. Camporeale —y con anterioridad F. Altheim y
L. A. Hollands—, la citada organización política de la federación etrusca hubo de ser
posterior al siglo vi a.C.
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