Page 194 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 194

te Tito Livio (I, 57) al contraponer en tiempos de Tarquinio el Soberbio los distintos
        comportamientos  de las respectivas  esposas  de  Sexto Tarquinio y Lucio Tarquinio
        Colatino, romano, una —etrusca— entregada al banquete y a los placeres (in convi­
        vio luxuque cum aequalibus) y otra —romana—, de nombre Lucrecia, recogida en sus
        aposentos, dedicada al hilado de la lana y velando con sus sirvientas  (sed nocte sera
        deditam lanae inter lucubrantes ancillas).
           El arte etrusco no dudó en recoger escenas que, de alguna manera, testimoniaban
        la vida de placeres y de lujos sensuales de que se rodearon.  Dichas escenas pueden
        evaluarse, en el campo del erotismo, como el testimonio de unas costumbres cotidia­
        nas muy libres de la aristocracia, sin más, o bien verlas inmersas en contextos de con­
        tenido simbólico, religioso e incluso trascendente, asociándolas a principios fecunda-
        dores y vivificadores.
           Una clara implicación erótica y sexual puede verse en el stámnos de bronce lami­
        nado, de la necrópolis de Olmo Bello de Bisenzio (hoy en el Museo de Villa Giulia,
        de Roma), del siglo viii a.C. —al que ya aludimos—, en cuya tapadera se ven ocho
        personajes desnudos itifálicos en torno a un ser monstruoso con extremidades palmí­
        pedas, y por debajo, en los «hombros» del mismo recipiente, a otros cinco guerreros,
        también itifálicos, participando en lo que parece una danza guerrera junto a otras fi­
        guras, todo ello en el contexto de ancestrales ritos asociados a la muerte y a la agri­
        cultura.
           Al mismo siglo se adscribe el famoso carrito broncíneo de la tumba 2, pertenecien­
        te a una regina, de la necrópolis de Olmo Bello de Bisenzio (y asimismo atesorado en
        el Museo de Villa Giulia). Entre sus escenas ornamentales existe una de indudable ca­
        rácter erótico, que alude a ritos de sexualidad y fecundidad. La misma tiene como su­
        jeto a un guerrero con yelmo y lanza que toca el seno a una mujer al tiempo que ésta
        lleva su mano hacia el falo del hombre, acción desarrollada en presencia de un mu­
        chacho.
           Otra pieza erótica, que perteneció a algún objeto mobiliario, es el Grupo de bron­
        ce de la Costiaccia Bambagini, de Vetulonia —hombre y mujer—, fechado a inicios
        del siglo vil a.C.  (hoy en Florencia),  con los  órganos  sexuales muy acentuados.  La
        nota (¿grotesca?, ¿simbólica?) la facilitan los rostros monstruosos y vagamente simies­
        cos de las dos figuritas y el hecho de hallarse encadenadas.
           Una doble escena de relaciones heterosexuales, que creemos no encierran ningu­
        na relevancia simbólica, se representó en la pequeña oinocbóe de Tragliatella, de finales
        del siglo vil a.C. En su interesante repertorio decorativo inciso, objeto de muchas teo­
        rías y comentarios, aparecen dos parejas realizando un symplegma,  sin ningún tipo de
        connotación hierogámica. De hecho, todo el conjunto describe, al parecer, un ritual fu­
        nerario en honor de una mujer llamada Thesathei, dispuesta a partir al Más Allá por vía
        marítima (su esposo hubo de ser un jefe guerrero y un navarca al mismo tiempo).
           Un ánfora de figuras negras, hoy en el Museo de Wurzburgo, y un píthos, hallado
        en Barbaro Romano —ejemplares fechables en el siglo vi a.C.—, se ornan también
        con  escenas  de  contenido  sexual,  al igual  que  algunas  ánforas  del Pittore di Paride
        (Museo del Louvre) en las que se representan sátiros de erectos penes. En el relieve
        de un sarcófago de Chiusi, asimismo del siglo vi a.C. (hoy atesorado en el museo an­
        tes citado),  aparece una escena orgiástica,  en la que se ve a tres parejas —formadas
        respectivamente por un Sileno y una mujer— que, al ritmo de la música de un cuar­
        to Sileno, mantienen relaciones sexuales, variando el carácter de las mismas según las
        parejas.


        200
   189   190   191   192   193   194   195   196   197   198   199