Page 198 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Peine de marfil. Marsiliana d’Albegna.
itálicas, en las que el hombre tenía prioridad jurídica y política, es probable que la
mujer etrusca hubiera perdido alguna de sus prerrogativas (A. Hus). En todo caso, su
situación personal fue superior a la de las mujeres griegas y latinas.
Respecto al hombre etrusco, debe indicarse que su vida sexual y afectiva se desa
rrolló de modo muy parecido a lo que era corriente en las costumbres orientales y
griegas de sus coetáneos.
L o s v e s t id o s y e l p e in a d o
Los monumentos figurativos, en concreto las esculturas y pinturas, permiten co
nocer con detalle el vestuario etrusco, que estuvo influido muy directamente por el
mundo oriental y el griego, cuyos patrones acabaron por imponerse en las gentes de
casi todas las ciudades etruscas.
Las condiciones climáticas (entre ellas, el frío, el excesivo calor y la lluvia) moti
varon el uso obligado entre mujeres y hombres de parasoles, como el de Tarquinia,
con varillas y mango de hueso, de túnicas y mantos, así como de calzado, prendas
todas muy semejantes y que realzaron con vivos colores. El paso de los siglos moti
vó que las modas en las prendas de vestir fueran variando, haciéndose siempre más
sofisticadas, según se puede apreciar en las decoraciones presentes en numerosos es
pejos de bronce, urnas y sarcófagos.
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