Page 297 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
P. 297
muy lujosamente, reclinada sobre el lecho y portando en su mano izquierda la páte
ra, al tiempo que recoge con la otra el manto que cubre la túnica. El friso del sarcó
fago está adornado con triglifos y metopas. Los restos de su policromía, aún visible,
realzan el rico trabajo del modelado. Muy parecido a éste, en estilo y cronología, es
el sarcófago de Seianti Hanunia Tlesnasa, también proveniente de Chiusi (Poggio Can-
tarello) y en la actualidad en el British Museum. Está policromado y es de sorpren
dente efecto plástico. Los restos óseos que se hallaron en su interior han sido estudia
dos por varios especialistas (patólogos y odontólogos), estableciéndose que la citada
Seianti Hanunia habría muerto entre los cincuenta y los cincuenta y cinco años
(S. Haynes).
e) Las tapaderas de urnas
Sin duda debe citarse aquí, ante todo, la tapadera de una urna cineraria de impasto,
de tipología villanoviana, elaborada a finales del siglo ix a.C. y hallada en Ponte-
cagnano (Salerno), decorada con dos figuras monstruosas —una masculina y otra fe
menina abrazadas— que constituyen la primera escena narrativa de tal localidad. Se
ignora su específico significado (pareja hierogámica, diosa de la muerte que abraza al
difunto, diosa que acoge a un guerrero). En cualquier caso, la categoría de la pieza
alude al rango social de su destinatario.
Le sigue en interés la anteriormente citada urna de Montescudaio, de la prime
ra mitad del siglo vil a.C., cuya tapadera reproduce un banquete funerario, de tipo
homérico en opinión de F. Nicosia, tenido en solitario por un hombre al que le
ayuda una sirviente. Tal pieza presenta además decoración plástica de esvásticas y
una figurilla sentada sobre el asa, ejemplo típico de la plástica primitiva tardovilla-
noviana.
Muy interesantes son, asimismo, las tapaderas de algunos vasos cinerarios de te
rracota y de considererable tamaño (casi 1 m de altura), procedentes del área de Chiu
si, cuyos ejemplos, dentro de un estilo orientalizante-etrusco, podrían ser los famo
sos cinerarios Gualandi y Paolozzi. Las citadas tapaderas van realzadas con una gran fi
gura femenina de bulto redondo que apoya su brazo izquierdo sobre el pecho,
hallándose rodeada de otras pequeñas figuritas esquemáticas a modo de choros con
las manos también a la altura del pecho, perpetuando así el rito fúnebre en honor de
la difunta. En la «espalda» de ambos vasos hay otras estatuillas de bulto redondo que
alternan con prótomos de grifos —los pájaros funerarios por excelencia— de fauces
abiertas, imitando las cabezas de los calderos de bronce de tradición oriental, con el
aditamento de lo que parece ser testículos humanos, que hacen de ellos claros sím
bolos fálicos. De similar estructura es el vaso Coleman, que fue localizado en la parte
superior de una tumba chiusina que contenía un gran dolium, en cuyo interior apare
ció una urna bicónica situada sobre un trono ante el que se hallaba una mesa de cua
tro patas, además de un hacha y de un incensario, todo ello fechado por los expertos
hacia el 680 a.C., excepto el precitado vaso. Las imágenes pequeñas sobre estas tapa
deras tal vez representarían a las participantes de los ritos funerarios (plañideras, bai
larinas) celebrados en honor de la gran figura central.
Impresionante es la cabeza (18 cm de altura) que sirvió de tapadera de una urna
canópica de Dolciano, de hacia el año 600 a.C., hoy en el Museo Arqueológico de
Chiusi, cuya tosca plasticidad hubo de ser recubierta por una máscara metálica (ac
303