Page 300 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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más importante de Etruria, existente en el santuario de I Fucoli (cerca de Chiancia-
no), del territorio de CHiusi, excavado en 1986. Sus terracotas policromadas, del si
glo n a.C., y de claras influencias pergameas, reproducen a diversos héroes y divini
dades griegas. Sus acróteras, modeladas en altorrelieve, figuran a divinidades femeni
nas aladas, sobresaliendo una de ellas, de casi 1 m de altura y de muy fina factura,
desnuda y en acto de iniciar el vuelo (A. Rastrelli).
Aunque de tiempos romanos (siglos ii-i a.C.), las terracotas polícromas que
adornaron los tímpanos del templo «B» de la toscana Talamone (8,82 m de longi
tud; 1,47 m de altura), con la temática de Los Siete contra Tebas, entre otros argumen
tos, iconográfica y estilísticamente se hallaban, sin embargo, ligadas a la tradición
etrusca (O. W. von Vacano).
g) Las lastras de Murió y Acquarossa
Punto y aparte merecen las lastras del siglo vi a.C., trabajadas en terracota con la
técnica de la estampación de matrices, procedentes de las regiae de Murió y de Acqua
rossa, las primeras atesoradas en el Museo Vescovado de Murió y las segundas en el
Museo Cívico de Viterbo.
Las que recubrían los pórticos de la regia de Murió (55 x 24,50 cm) comprenden
cuatro temas iconográficos: a) el banquete sobre dos Mínai, celebrado por dos pare
jas asistidas respectivamente por dos sirvientes; b) una procesión nupcial con dos per
sonajes femeninos sobre carro de dos ruedas, acompañados por servidores que van a
pie, portando diversos objetos; c) juegos ecuestres, resueltos mediante tres jinetes que
cabalgan sin silla, azuzando a sus respectivos caballos; y d) una asamblea de cinco
personajes sentados —uno de ellos en trono, los demás en sella curulis— que tienen
en su mano derecha sus atributos (lituus, manzana, flores, hacha bipennis y granadas),
asistidos por tres sirvientes. Podrían tratarse, de acuerdo con una graeca interpretatio,
de Zeus, Hera, Core, Hades y Démeter.
En la lastra que recoge el suntuoso banquete se ve a dos parejas. La de la izquier
da la forman un hombre barbudo, con copa, y una mujer, también con una copa y
con una flor. La pareja de la derecha está constituida por un hombre barbudo, por
tando copa y un huevo, y un joven (¿o una mujer?) cantando al son de la lira que
tañe.
Para A. Rathje, el hecho de la presencia femenina hace que ésta sea la más anti
gua representación de un banquete mixto. No dejaría de aludir a la tryphé, en opinión
de F.-H. Massa-Pairault.
La lastra con la procesión nupcial recoge a dos paides amphithaleis que manejan
las riendas de los caballos que tiran del carpentum sobre el que van la novia y su ma
dre, protegidas por un gran parasol. Por detrás, dos sirvientas portan el ajuar de la des
posada. Sin duda, tal lastra representa, sin más, un hecho cotidiano, como ha señala
do M. Torelli.
La carrera de caballos, montados por jinetes, traduce asimismo un hecho de la
vida social, un athlon de la iuventus, interpretable como pruebas de cualificación para
iniciarse en el mundo de los adultos (guerra y matrimonio).
La lastra con la última de las temáticas aludidas (asamblea de personajes) ha sido
objeto de varias teorías (T. N. Gantz), negando algunos etruscólogos que su asunto
obedezca a temática religiosa, a una theon agora.
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