Page 304 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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A pesar de algunas desproporciones anatómicas (manos y pies sobre todo), su so
lemnidad y la expresión grave de su rostro —que no denota esperanza— evocan el
más puro «estilo severo» del arte clásico griego.
Debe indicarse que la cabeza es móvil para permitir la deposición de las cenizas
en una cavidad, practicada en la parte alta de la figura. También lo son los pies, adap
tados a sendos huecos en la base de la escultura. Además de las cenizas de una difun
ta, en su interior fueron hallados una pequeña oinochoe ática que figura la cabeza de
una mujer, un broche de oro, un anillo áureo con figura de guerrero e inscripción
etrusca y dos pendientes de espiral. La pieza ha sido restaurada con fragmentos escul
pidos ex novo.
b) La «Venus de la Cannicella»
No menos impactante es la llamada Venus della Cannicella (76,50 cm de altura), obra
en mármol de alguna cantera de Paros (según A. Andren), pero localizada en Orvieto
por haber sido colocada en uno de sus santuarios funerarios y que le ha dado su nom
bre. Parece ser que se esculpió, siguiendo el esquema de los kouroi griegos, hacia el
año 530 a.C. en Naxos, isla desde donde fue llevada a Etruria. Aquí, además de restau
rarle algunos de sus desperfectos (le fueron añadidas piezas de mármol de otras esta
tuas), le retocaron sus originales rasgos andróginos, para ser colocada en el santuario de
la necrópolis de la Cannicella como símbolo de una diosa de la Fertilidad o del Amor
(Turan), sin olvidar la esfera funeraria, en cuyo caso sería cercana a la Afrodita epitymbía
griega o a la Venus libitina romana. Caracterizada por su completa desnudez, estuvo,
sin embargo, adornada con diadema, pendientes y collar, piezas todas ellas, tal vez, de
oro. Hoy puede admirarse en el Museo Civico Palazzo Faina de Orvieto.
c) La «Testa Lorenzini»y las urnas cinerarias
del «Arúspice» y del «Matrimonio»
Al estilo tardoarcaico pertenece la conocida Testa Lorenzini, obra en mármol, lo
calizada en la cantina de la casa Lorenzini de Volterra. Tal escultura, evaluada por
R. Bianchi Bandinelli como «la más griega de las estatuas etruscas», hubo de pertene
cer a una estatua cultual. La testa muestra a un hombre joven, tocado con una coro
na y con cavidades oculares vacías, en las cuales, originariamente, se hallarían incrus
tados ojos de otro material.
Interesante es también un grupo funerario, de la segunda mitad o finales del si
glo v a.C., procedente de Chianciano, cerca de Chiusi, y hoy en Florencia, existente
en la tapadera de una urna cineraria de arenisca (1,30 m de longitud), con claras in
fluencias de la plástica griega. El grupo está formado por un arúspice que efectuaría
una libación (la pátera se ha perdido), y por la diosa alada Vanth, de severo rostro,
que acompañándole desenrolla un volumen, el cual, sin duda, contendría profecías es
critas. La originalidad compositiva y la actitud serena que emanan ambas figuras ha
cen del ejemplar una verdadera obra de arte.
En el antedicho museo se halla otra urna cineraria alabastrina con restos de poli
cromía, de la primera mitad del siglo iv a.C., originaria de Cittá delle Pieve, en cuya
tapadera se figura a un matrimonio. La esposa, sedente, se halla retirando con su
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