Page 150 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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mónica, sino, por el contrario, a una agudización de las diferencias y
       contradicciones existentes en su seno. De modo similar, la expansión
       romana en el Mediterráneo y la aceptación de nuevos compromisos
       políticos, especialmente durante la primera mitad del siglo π a.C., no
       significaron la adecuación de la constitución, limitada a una ciudad-
       estado, a las tareas de un imperio universal. Política y economía, con­
       fundidas e interconexionadas en las manos de un grupo social restrin­
       gido, no evolucionaron conforme a las exigencias de estos cambios;
       por el contrario,  quedaron paralizadas  en las manos de un régimen
       que, al controlar el Estado, no sólo entorpecía cualquier vía de solu­
       ción, sino que la tornaba imposible. Y así, en los años centrales del si­
       glo il a.C., levantada la cortina de humo de una política exterior afor­
       tunada y provechosa, que había absorbido el interés del Estado y ca­
       muflado los problemas internos, se pusieron al descubierto las grietas
       del sistema.
          Se puede así simplificar la problemática de la tardía República en
       dos  ámbitos,  aunque conexionados y mutuamente incidentes:  uno,
       político, y otro, socioeconómico. En el primero se manifiesta la inade­
       cuación de un régimen anquilosado y excesivamente rígido que, ade­
       más,  empieza a resquebrajarse  en su interior, no sólo para las tareas
       complejas nacidas de la expansión, sino incluso para las necesidades
       tradicionales del Estado. El segundo incluye las graves incidencias de
       un desarrollo económico sin control en el cuerpo social romano, ape­
       nas preparado para asimilarlo y, como consecuencia, las tensiones en
       el mismo y su reflejo en el Estado: es en este reflejo donde problemas
       políticos y económicos se conexionan, cuando el régimen oligárquico
       que dirige el Estado se evidencia incapacitado para resolver los con­
       flictos sociales, que, precisamente a partir del mitad del siglo II, como
       consecuencia de la evolución económica, comienzan a alcanzar una
       peligrosa virulencia.



       La política popular

          Hacia mitad del siglo π a.C. y en conexión con el conjunto de pro­
       blemas políticos y económico-sociales que comienzan a hacerse pre­
       sentes, la indiscutible preeminencia del senado y su propia cohesión
       interna serán puestas en entredicho por un grupo de políticos —y al
       utilizar el término políticos nos estamos refiriendo siempre a miem­
       bros del orden senatorial—, que, rompiendo esta cohesión, buscan la
       materialización de sus metas políticas fuera del organismo senatorial,

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