Page 202 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
P. 202

formal. Las grandes decisiones son tomadas por los soberanos en su
       consejo, y el senado sólo es informado para dar su aprobación.
          Desde Tiberio elige a los magistrados, pero su iniciativa está gran­
       demente reducida por los procedimienbtos de nominatio y de commen­
       datio y, a partir de Trajano, el voto es a menudo reemplazado por sim­
       ples  aclamaciones  saludando  la lectura de la lista de los  candidatos
       confeccionada por el emperador.
          Pero  el papel judicial del senado se mantiene y en la correspon­
       dencia de Plinio el Joven se ven desarrollarse numerosos procesos en
       los que están implicados gobernadores de provincias. La función legis­
       lativa del senado se desarrolla, pues, después de que los comicios han
       votado bajo Nerva su última ley; la legislación reposa a partir de en­
       tonces en las constituciones imperiales y los senatus-consulta. Su texto,
       bien es cierto, es redactado por las oficinas o el consejo, pero leído en
       el senado por el quaestor principis, el relator (vocero) del emperador, y
       discutida en materia de derecho civil, liberaciones testamentarias, legi­
       timidad de niños, sucesiones.
          El senado nombra a los miembros de los colegios sacerdotales (bajo
       la recomendación del príncipe), es consultado sobre el calendario de las
       fiestas y los Juegos tradicionales, controla el aerarium Saturni —aunque
       el verdadero trabajo es hecho por prefectos especiales—, dispone de pe­
       queñas dietas y de subvenciones imperiales, designa por sorteo, a veces
       amañado,  a los gobernadores  de las provincias senatoriales —cuando
       no es impuesto el procedimiento extra sortem—, administra en principio
       Italia, donde cada vez más intervienen curatores de las ciudades, curato-
       res de los caminos y prefectos de los alimenta, todos ellos nombrados
       por el emperador. En todos los dominios el senado no actuaba más que
       por supervivencia o tolerancia, pues el sentido de toda la evolución ad­
       ministrativa le era contrario, pero estuvo agradecido a los antoninos por
       haber sabido conservar las formas y mantener las tradiciones.
          Trajano trató al senado  con estudiado tacto y afabilidad.  Como
       corporación tenía poco poder, pero individualmente los senadores de­
       sempeñaron un importante papel en la administración del Imperio.
       Su moderación fue muy bien recibida en contraste con la arrogancia
       de Domiciano; si Domiciano era «señor y dios», Trajano prefería que
       se le llamase el mejor de los ciudadanos (optimusprinceps).
          Las relaciones del senado con Trajano se definen igualmente por
       la iniciativa de este último, que actúa con la moderatio (9, 1), que reci­
       be el apelativo de senatorium (2, 7), cuando en su época la realidad es
       que el senado queda en la sombra (Talbert). El resultado es que los op­
       timi se convierten en amigos del príncipe y esto les honra hasta el pun-


                                                               209
   197   198   199   200   201   202   203   204   205   206   207