Page 215 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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nes en su tiempo: andaba por Roma a pie o en litera sin escolta y no
        daba costosas y escandalosas fiestas de corte.
           Plinio dice que Trajano aceptó del senado sólo honores modestos,
        que no traían consigo excesivas cargas para el erario; no quiere esta­
        tuas de oro o plata como Domiciano, sino pocas y de bronce.  Sólo
        con el tiempo aceptó el apelativo de paterpatriae.
           Sin embargo, también algunos  autores modernos ponen en evi­
        dencia el lado negativo de su comportamiento. El emperador Juliano
        en sus «Cesares», Casio Dión y Elio Sparziano (un autor de la Histo­
        ria Augusta) recuerda vicios y costumbres de Trajano, que parecen tor­
        pes a nuestro juicio, pero no parecían tales a sus contemporáneos.


        Política exterior

           En su política exterior Nerón se inspira en conjunto, sobre todo
        en los primeros años, en la de Augusto, salvo en Oriente,  donde es
        más ambiciosa.
           En Britannia se prosigue la conquista bajo muchos legados.  No
        tiene resultados militares favorables, sino incluso grandes masacres de
        funcionarios, veteranos y colonos. Suetonio aborta las revueltas y co­
        mienza una política de represión. Nerón parece entrever una política
        de paz y status quo favorable a los negocios de mercaderes y funciona­
        rios, después de haber recibido los informes tenedenciosos de un ca­
        ballero,  Classiciano, y haber reemplazado  a Suetonio  como legado.
        La conquista fue interrumpida durante muchos años, y los romanos
        se preguntaban si no hubiera sido más ventajoso evacuar el país.
           En Germania, tras las actuaciones de los generales de Claudio y la
        fundación de Colonia, la situación no era peligrosa.
           Se volvió sobre todo hacia Oriente donde la conjunción de sus de­
        seos y las apetencias de gloria de Corbulón llevaron a la realización
        de distintas campañas, no siempre victoriosas para el ejército imperial.
        Se han querido atribuir a Nerón grandes miras orientales y el deseo de
        abrir a Roma nuevos mercados y rutas caravaneras susceptibles de ob­
        viar la Partía privándola de los importantes beneficios  del comercio
        caravanero. Incluso la creación de una flota del mar Negro (classispon-
        tica) hace pensar que Nerón ha querido hacer de él un mar romano.
           Parece que también tuvo el proyecto de someter a los pueblos del
        Cáucaso, pero el estado de las fuerzas del Imperio no lo permitió.
           Al final de su reinado la revuelta de Judea moviliza importantes
        tropas. El futuro emperador Vespasiano conduce la guerra, no sin di­

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