Page 281 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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Los héroes salvadores, o castigados, o castigadores de la historio­
       grafía tanto pagana como cristiana entre los siglos iv y vi, junto con los
       prodigios múltiplemente narrados, constituyen los cimientos de una
       nueva semiología del lenguaje político, que consistía en nuevos códi­
       gos expresivos y en metáforas del poder.
          Pero existe otro elemento significativo en este renovado lenguaje
       político que hay que tener en consideración: el papel de los rebeldes
       y de los bandidos. Tal vez el ejemplo más claro es el constituido por
       los Bagaudas, a los que toda la tradición literaria e iconográfica coetá­
       nea (finales del siglo m-mitad del siglo v), pagana y cristiana pero siem­
       pre aristocrática, dedicó breves referencias despectivas y hostiles, defi­
       niéndolos como bandas de campesinos rebeldes a la autoridad impe­
       rial  y  subversores  del  orden  social.  Del  Panegírico  del  rétor  galo
       Mamertino (2  [10], 4, 3, del 289 d.C.) éstos fueron asimilados a los
       semifieras  Gigantes  anguípedos  que  se  habían  atrevido  a  rebelarse
       contra Júpiter; fueron designados manus agrestium latronum por el pa­
       gano Aurelio Víctor (39, 17), repetido luego también por el cristiano
       Pablo Orosio (7,25, 2: «agrestium hominum imperita et confusa ma­
       nus»);  pero  estos  Bagaudas  también  dejaron  huellas  detrás  de  sí
       —como he tenido la oportunidad de mostrar en algunas contribucio­
       nes recientes— de una tradición semiborrada que les era favorable y,
       de seguro, de origen no aristocrático, que llegó incluso  a «santificar­
       les»: tanto es así que algunos siglos después, en una Francia merovin-
       gia y carolingia en la que el cristianismo y el poder regio habían vuel­
       to a formar una alianza más sólida que nunca, la presencia de una tra­
       dición semejante no pudo ser comprendida ni aceptada si no era con
       referencia a unos Bagaudas definitivamente travestidos de buenos cris­
       tianos, mártires de la fe en la época de las persecuciones, además de
       heroicos y leales defensores del imperio de Roma en los castillos forti­
       ficados de las Galias.
          La verdad es que en los orígenes de h  tradición favorable a los Ba­
       gaudas debió de haber existido, en cambio, una inspiración completa­
       mente opuesta, de matriz «popular» (aunque luego filtrada a través de
       múltiples mediaciones cultas): ésta tendía a sublimar el papel de los re­
       beldes frente a la autoridad política y de los transgresores  del orden
       constituido, nutriendo desapego e intolerancia con respecto a ambos.
       Es conocido, por ejemplo, también en la Vita Martini de Sulpicio Se­
       vero, el testimonio de la metamorfosis de un bandolero (condenado a
       muerte por sus delitos en los alrededores de Tours) en un mártir local­
       mente venerado por el pueblo, que visitaba su tumba (cfr. Sulp. Sev.,
       Vita Mart., 11, SC, 133, pág. 276). Y también en Milán algunos buró­

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