Page 59 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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cío, como son el carácter viajero de ambos, la fundación de ciudades
y la protección de los colonos, la relación con la muerte y la fecundi
dad37, favorecieron una asimilación de ambos que queda patente en
los atributos iconográficos característicos de la clava y la piel de león,
los que se elaborarían en Chipre en la primera mitad del siglo vi a.C.,
para difundirse posteriomente de Oriente a Occidente, donde su aso
ciación a Melqart podría datarse hacia finales del siglo vi o comienzos
del v a.C.38.
Las fuentes sobre el santuario gaditano ponen de manifiesto la
presencia de rasgos iconográficos de inspiración helénica, como la es
tela de los doce trabajos de Heracles, o las representaciones de los
trabajos sobre las puertas del templo39, elementos que han sido pro
puestos como un exponente de la «helenización» de Gádir en el
siglo v a.C., en el contexto de sus relaciones comerciales mediterrá
neas; una helenización que afectaría al menos a la oligarquía comer
ciante40. Sin embargo, los relieves de las puertas del templo gaditano
alusivos a los trabajos, aunque en parte son identificables con los tra
bajos clásicos de Heracles, parecen relacionarse en opinión de Tsirkin
con un ciclo de influencias orientales no bien conocido, anterior a la
difusión de los doce trabajos canónicos, que aludiría a sus luchas con
las fuerzas ctónicas del mundo subterráneo y contra las fuerzas terres
tres representadas por monstruos y corrientes de agua que manan de
la tierra, así como una alusión a su muerte por el fuego y posterior re
surrección, en lo que podría interpretarse como un rasgo heroico del
Melqart extremo occidental41.
Por otra parte, como ha observado Cruz Andreotti, una heleniza
ción de la ciudad fenicia no sería imprescindible para desempeñar un
papel económico relevante con el Mediterráneo oriental, ni tampoco
para explicar la identificación entre Melqart y Heracles42. Bien es cier
to que las relaciones económicas que establecieron de forma directa
37 Cfr. C. Bonnet, op. cit., 404 y ss.
38 C. Bonnet, op. cit., 217 y 409-415; C. Jourdain-Annequin, art. cit. (n. 25), 291;
P. Lévéque, «L’Héraclés-Melqart d’Amrith», DHA 19 (1993), 322-323.
39 Arriano, II, 16, 4; Filost., Vit. Apol. V, 5; Sil. Ital. III, 32-44.
40 Véase R. Olmos, art. cit., 514; «Apuntes ibéricos. Relaciones de la elite ibérica y
el Mediterráneo en los siglos v y iv a.C.», Trabajos de Prehistoria 48 (1991), 300.
41 J. B. Tsirkin, «The labours, death and resurrection of Melqart as depicted on the
gates of the Gades1Herakleion», Rivista di Studi Fenici IX (1981), 21-27. Cfr. no obstan
te la posición al respecto de C. Bonnet, op. at., págs. 216 y ss., aunque no niega la po
sibilidad de la existencia de un ciclo mítico sobre Melqart: op. cit., 400-401.
42 G. Cruz Andreotti, «Herodoto y Gades», Baetica 13 (1991), 160-161.
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