Page 66 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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Algo similar puede decirse que ocurre en el plano de la autodefi-
       nición colectiva cuando se entra en el terreno del pensamiento políti­
       co.  Los grandes monumentos teóricos de Platón y Aristóteles se  en­
       cuadran en ese período, incluso en época avanzada, cuando entran en
       crisis los presupuestos de las formas de convivencia que se identifican
       con la polis, con las formas democráticas tanto como con las que se
       relacionan con el arcaísmo. Pero el pensamiento político de uno y de
       otro encuentran sus raíces en el socratismo, movimiento que se desa­
       rrolla en plena guerra del Peloponeso, cuando el auge democrático se
       convierte por ello mismo en acicate para abrir las interioridades  del
       sistema y permitir los análisis más radicalmente descamados. La he­
       rencia crítica representada por el platonismo y el aristotelismo se ha
       convertido a lo largo de la historia del pensamiento en punto de refe­
       rencia obligado, capaz de condicionar los esquemas mismos que sir­
       ven de cauce para cualquier forma de reflexión que tenga como obje­
       to a las colectividades humanas.
          Ahora bien, al menos desde la publicación de la History of Greece
       de George Grote a partir de 18464, se ha puesto de relieve la existencia
       de corrientes paralelas y alternativas a las que en sus repercusiones re­
       sultaron dominantes.  Se destacan,  en esta línea y dentro  del pensa­
       miento político, sobre todo los sofistas, que habían sido objeto de los
       ataques  de  Platón,  tan  eficaces  como  para  que  hayan  desaparecido
       mayoritariamente sus textos y para que hayan quedado relegados  al
       plano de la más excluyente alteridad. Grote, sin embargo, resaltaba ya
       su carácter democrático, o de efecto de la democracia, y así, de modo
       paulatino,  ha ido  cuajando  la idea  de  que  dentro  del pensamiento
       griego pueden detectarse al menos «dos modelos de racionalidad», se­
       gún expresión de Jean-Frangois Mattéi5, y que el más relacionado con
       la ciudad democrática sería precisamente el representado por los sofis­
       tas. Así,  en el momento  descarnado  de la guerra del Peloponeso,  la
       ciudad se define en dos comentes contrapuestas, ambas significativas
       del momento histórico vivido, el socratismo y la sofistica.
          El modo en que la ciudad de Atenas se define en la época de la
       guerra del Peloponeso resulta, desde luego, consecuencia de las tensio­
       nes mismas generadas en el violento enfrentamiento entre ciudades,
       que se traducía asimismo en la agudización de los conflictos internos


         4  D.  Plácido,  «Nacionalismo, imperialismo y democracia:  la Historia de Grecia de
       George Grote», Revista de Occidente, 152, enero de 1994, 29.
         5  En Les Grecs, les Remains et nous. L ’Antiquité, est-eUemodeme?Textesréunisetprésentés
      parR.-P. Droit, Le Monde,  1991, 71.

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