Page 70 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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como el de Alcibiades, el orador hábil puede llegar a convertirse en
       un peligro, pues su capacidad de atracción y su tendencia a la acción
       tienden a traducirse en un aumento desmesurado de su prestigio, tan­
       to  como para que pretenda convertirse  en tirano  con el apoyo  del
       pueblo12.
          Según parece13,  Ánito,  personaje  de  origen  social  similar  al  de
       Cleón, también se oponía violentamente a la enseñanza de los sofis­
       tas y concretamente de Protágoras. La situación democrático le había
       permitido una cierta promoción social que lo había colocado en rela­
       ciones con las familias más prestigiosas de la aristocracia, incluso con
       Alcibiades, pero éste se comportaba de modo arrogante y hacía notar
       su superioridad. Los  sentimientos de Ánito debían de ser, sin duda,
       contradictorios, pues la misma aristocracia a la que se acercaba en su
       ascenso se convertía en marco que ponía en peligro su nueva estabili­
       dad. El trasfondo teórico se identificaba con los sofistas. Ahora bien,
       tal actitud se tradujo en la práctica en un alejamiento de las hetairíai
       que participaban en la conspiración de 404, sino que, a pesar de situar­
       se en principio entre quienes Aristóteles considera defensores de lapá-
       trios politeía en el grupo de Terámenes, se define pronto como un per­
       sonaje contrario a los Tiranos, proclives a colocarse en el lado de sus
       enemigos. El mismo Terámenes sería condenado por iniciativa del ti­
       rano Critias y el socrático Jenofonte defiende de modo claro su acti­
       tud de rechazo a las violencias crecientes de los Treinta14. Platón, en la
       Carta VII, también presenta a Sócrates como decepcionado por la re­
       presión indiscriminada de los Tiranos.
          Sin embargo, Ánito fue uno de los acusadores de Sócrates y de los
       propios textos redactados posteriormente como modo de defender su
       memoria puede deducirse que las acusaciones principales se orienta­
       ban  hacia  una  identificación  de  sus  enseñanzas  con  los  personajes
       que, de un modo o de otro, terminaron considerados como los más
       peligrosos  para  la  democracia,  Alcibiades  y  Critias.  Tanto  Platón
       como Jenofonte pretenden apartarlos del modelo socrático, en desvia­
       ciones hacia la democracia, por influencia de Pericles, o hacia la oli­
       garquía. Este último, sin embargo, ya en el Timeo y en el Critias se pre­
       sentará como heredero de la tradición soloniana, con lo que su postu­
       ra queda definida como puramente tradicional y la aventura de los


         12  Ibid., «Tucídides, sobre la tiranía», Gerión, Anejos II. Estudios sobre la Antigüedad en
       homenaje al Profesor S. Montero Díaz, Madrid, Universidad Complutense, 1989,155-164.
         13  Ibid., «Anito», Studia Historica. Historia Antigua, 2-3,  1984-1985, 7-13.
         14  Ibid., «Jenofonte socrático», Logos e logoi, 9,1991,41-53.

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