Page 74 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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este complejísimo personaje. Evidentemente, no voy a adentrarme
ahora en esta espinosa cuestión, amplísimamente debatida y estudia
da, aunque imposible de zanjarse. Me remito por ello a los excelentes
estudios existentes1.
El siglo iv, suele repetirse con frecuencia, es en la historia del mun
do griego una etapa difícil y compleja, pues se asiste al desmorona
miento político, ideológico, religioso del mundo de la ciudad estado,
cuyo exponente más representativo es la Atenas del siglo v. Ésta es
una formulación o definición canónica, susceptible de discutirse en
múltiples facetas, pero que intenta recoger o explicar de alguna mane
ra el desánimo existente entre los griegos, y la desesperada búsqueda
de soluciones alternativas, de salvadores, capaces de superar esa situa
ción de crisis generalizada, tal y como podemos leer sobre todo en los
oradores atenienses.
Sin embargo, no todo era decaimiento en el mundo griego. En
Macedonia, considerada, es cierto, hasta entonces como una zona
marginal, se produjo en este tiempo el proceso contrario, auspiciado
por los antecesores directos de Alejandro. Fueron ellos quienes lleva
ron a cabo el comienzo del fortalecimiento de la monarquía macedo-
nia, no sólo mediante su engrandecimiento geográfico, con la incor
poración de diferentes regiones, sino con la adopción de medidas in
ternas, que otorgaron al poder real un protagonismo sin precedentes,
convirtiéndolo en el prototipo de monarquía absoluta, desarrollado
después por las dinastías helenísticas, si bien en éstas lógicamente con
fluyeron además otros factores. En todo caso, en el modelo de monar
quía diseñado por los Argeadas, la capacidad personal del rey de tur
no, incluido claro está el aspecto militar, era totalmente definitoria del
éxito o fracaso del propio Estado. Dicha evolución alcanzó su máxi
ma cota en la etapa protagonizada por Filipo II al ser él quien elevó a
1 Una panorámica, sucinta pero excelente y clara, de la problemática relativa a las
fuentes históricas sobre Alejandro Magno es la de J. Seibert, Alexander der Grosse, Darm
stadt 1972, 1-42. Fundamentales son también L. Pearson, The lost Histories of Alexander
the Great, Oxford, 1960; M. A. Levi, Introduzione ad Alessandro Magno, Milán, 1977;
P. Pedech, «Les historiens d’Alexandre», Historiographica Antiqua. Commentationes Lovai-
nenses in honorem W. Peremans septuagenarii editae, Lovaina, 1977, 119-138. La obra más
reciente consagrada a esta cuestión es la de N. G. L. Hammond, Sources for Alexander the
Great: A n Analysis of Plutarch’s Life and Arrian’s Anabasis Alexandrou, Cambridge Class.
St., Cambridge University, 1993. Recomendable por la visión ofrecida y la documenta
da bibliografía que maneja es la Introducción de A. Bravo a la Anábasis de Alejandro
Magno de Arriano, traducida por A. Guzmán, vol. I (Biblioteca Clásica Gredos), Ma
drid, 1982.
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