Page 77 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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rreno ideológico y más concretamente en el plano religioso9. Por un
lado, tenemos la insistencia o relevancia dada a su parentesco con
Aquiles. Se trataba de un culto personal del rey, recibido de los Eáci-
das10, pero que no deja de tener su componente político en cuanto
que una parte de la infantería que acompañó a Alejandro a Asia pro
cedía de aquellas regiones donde el culto al héroe homérico estaba,
como he dicho anteriormente, vivo11, pudiendo señalarse algo similar
a propósito de los tesalios12.
Sin embargo, el énfasis en el culto de Heracles no constituía en sí
mismo un rasgo original, pero su alcance político, tanto en la conside
ración de la campaña asiática en cuanto reedición de la efectuada por
la mencionada divinidad, así como la instrumentalización de esta fi
gura sagrada en calidad de nexo capaz de cohesionar a los distintos
grupos que conformaban el ejército panhelénico a las órdenes de Ale
jandro13, fiie comprendido y explotado por vez primera por el rey ma-
cedonio.
El punto de inflexión en esta situación de, al menos, aparente con
tinuismo la marca la visita al oráculo de Amón, en el oasis de Siwa,
dentro de la campaña de Egipto, sobradamente conocido y al que se
le han dedicado innúmeros análisis y comentarios14. Las versiones so
bre ella en cuanto a los detalles difieren en alguna medida de unos his
toriadores a otros. Para Arriano, que sigue en este punto, según confe
sión propia, a Aristóbulo y Ptolomeo, se trataba de algo premeditado,
ta acción liberadora efectuada por Alejandro no era tal, puesto que las ciudades jonias
pasaron a formar parte de la «tierra conquistada por la lanza» o chora doriktetos y, por
tanto, sometidas al conquistador, sólo que, en tanto griegas, se les permitió administrar
se de acuerdo con una organización propia, no quedando englobadas en las satrapías.
En cualquier caso, Alejandro no tuvo una política uniforme respecto a la totalidad de
las ciudades griegas, razón por la cual pueden señalarse otra clase de actuaciones distin
tas a las reseñadas. 1
9 Sigo en este aspecto la hipótesis elaborada por P. Gourowski, Essai sur ks origines
dumythe d’Alexandre (336-270av. J.C.), Nancy, 1978,17 y ss.
10 Cfr. N. G. L. Hammond, Epirus, 412 y ss.
11 Diod. XVII, 57,2, alude a la procedencia de algunos de los destacamentos mili
tares de Alejandro en Gaugamela.
12 En diferentes ocasiones las fuentes recuerdan la ligazón de los tesalios con Aqui
les, su héroe nacional. Arr. 1,12,1; Plut. Alex., 15, 7; Diod. XVII, 17, 3.
13 Como señala Gourowski, op. cit., 19, los tesalios, componentes de la mayor im
portancia en el ejército de Asia, especialmente porque proveían casi la mitad de la caba
llería, eran también heráclidas, y Alejandro, por razones obvias, se esforzó en señalar
este parentesco. Cfr. Diod. XVII, 4 ,1; II. II, 678-9.
14 Una buena panorámica de este episodio con los problemas históricos que susci
ta se encuentra en J. Seibert, Alex. d. Gros., 116 y ss. y 278 y ss.
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