Page 15 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
P. 15

importante:  Urano,  el  Cielo,  en  el  que  se  incluyen  todos
        los astros que lo pueblan.  A continuación trajo al mundo
        a  Ponto,  es  decir,  el  agua,  todas  las  aguas,  y,  más  exacta­
        mente,  el  mar,  ya que  la palabra griega  es  masculina.  En
        resumen,  la  Tierra  los  concibió  sin  unirse  a  nadie.  Me­
        diante la fuerza íntima que llevaba consigo, la Tierra desa­
        rrolló  lo  que ya estaba en su  seno y que,  a partir del  mo­
        mento en que  salió  de ella,  se convirtió  en  su doble y su
        contrario. ¿Por qué?  Porque la Tierra produjo un Cielo es­
        trellado  idéntico  a sí misma,  una  copia tan  sólida y firme
        como ella y de su misma dimensión. Acto seguido, Urano
        copuló con ella. Tierra y Cielo constituyen dos planos su­
        perpuestos del  universo,  un  suelo y un techo,  un piso  in­
        ferior y otro superior que se acoplan por completo.
            Cuando  la  Tierra  parió  a  Ponto,  la  personificación
        masculina del mar, éste la completó, se introdujo en su in­
        terior y la  limitó  en  la  forma de  vastas  extensiones  líqui­
        das.  Ponto,  el mar, al igual  que  Urano,  es el polo opuesto
        de  la  Tierra.  Mientras  que  ésta  es  sólida  y  compacta,  y
        en  ella  las  cosas  no  pueden  mezclarse,  Ponto  es  todo  lo
        contrario:  es líquido,  fluido,  informe,  inaprehensible;  sus
        aguas se mezclan, indiferenciadas y confundidas. En la su­
        perficie,  Ponto es luminoso, pero en sus profundidades no
        puede ser más oscuro,  lo que lo  une,  tal como le ocurre a
        la Tierra, con el Caos.
            De  ese  modo  se  construye  el  mundo  a partir  de  tres
        entidades  primordiales:  Caos,  Gea  y  Eros  y,  a  continua­
        ción, de dos entidades paridas por la Tierra:  Urano y Pon­
        to.  Son, simultáneamente,  fuerzas naturales y divinidades.
        Gea es la tierra que pisamos y,  al mismo tiempo, una dio­
        sa.  Ponto  representa  los  flujos  marinos  y  constituye,  por
        tanto,  un  poder divino,  al  que  se  puede  tributar culto.  A
        partir  dé  ahí  se  originan  relatos  muy  distintos,  historias
        violentas y dramáticas.


         18
   10   11   12   13   14   15   16   17   18   19   20