Page 18 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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ner que aguantar a sus hijos en su seno, ya que, al no po
der salir, la hinchan, la comprimen y la sofocan. Se dirige
a ellos, especialmente a los Titanes, y les dice: «Escuchad-
me, vuestro padre nos injuria, nos somete a unas violen
cias espantosas, tenemos que acabar con esto. Debéis rebe
laros contra vuestro padre, el Cielo.» Al escuchar estas
tremendas palabras, los Titanes, en el vientre de Gea, se
aterrorizan. Urano, siempre metido en su madre, tan
grande como ella, no les parece un enemigo fácil. Sólo el
benjamín, Cronos, accede a ayudar a Gea y enfrentarse a
su padre.
La Tierra concibe un plan especialmente retorcido.
Para ejecutar su proyecto, fabrica en su propio interior un
instrumento, una hoz, una hárpe, de hierro blanco. Colo
ca después esta hoz en la mano del joven Cronos, que está
en el vientre de su madre, donde Urano se aparea con ella,
y permanece atento y al acecho. Y cuando Urano se derra
ma en Gea, agarra con la mano izquierda las partes veren
das de su padre, las sujeta firmemente y, con la hoz que
empuña en la mano derecha, las corta. Después, sin girar
se, para evitar la maldición que su acto podría reportarle,
arroja por encima del hombro el miembro viril de Urano.
De ese miembro viril, cortado y lanzado hacia atrás, van
cayendo sobre la tierra gotas de sangre mientras sigue vo
lando por los aires hasta caer al mar. Urano, al ser castra
do, lanza un alarido de dolor y se aleja rápidamente de
Gea. Se establece entonces en la cima del mundo, de don
de no se moverá jamás. Como Urano tiene el mismo ta
maño que Gea, no hay un solo pedazo de tierra que no
tenga sobre él, cuando se levantan los ojos, un pedazo
equivalente de cielo.
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