Page 44 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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aniquilar  el  reino  de  Zeus.  Rey  bastardo,  rey  coj i tranco,
          Tifón es el rey del desorden que destrona a Zeus, el rey de
          la justicia.  Entonces  es  cuando  Cadmo  comienza tocar la
          flauta. A Tifón su música le parece admirable.  La escucha
          y  después  se  adormila  suavemente  hasta  dormirse  por
          completo.  Se  acuerda  de  las  historias  que  cuentan  cómo
          Zeus hizo  raptar  a  mortales  para  que  le deleitasen  con  la
          música  y la  poesía.  Quiere  hacer  lo  mismo,  y  propone  a
          Cadmo  que sea su cantor,  no el  del  orden  olímpico,  sino
          el del caos de Tifón.  Cadmo acepta a condición de dispo­
          ner  de  un  instrumento  musical  mejor  que  también  le
          permita  cantar.  «¿Qué  necesitas?»,  pregunta Tifón.  «Qui­
          siera  unas  cuerdas  para  mi  lira.»  «Tengo  lo  que  quieres,
          unas  cuerdas  formidables»,  responde Tifón,  y va a buscar
          inmediatamente  los  tendones  de  Zeus.  Cadmo  comienza
          a tocar de una manera absolutamente admirable. Tifón se
          duerme  y,  aprovechando  la  ocasión,  Zeus  recupera  las
          cuerdas de la lira, o,  mejor dicho, sus tendones,  los coloca
          en su sitio,  atrapa el rayo y se apresta de nuevo al comba­
          te,  Cuando Tifón,  el  pseudo-rey,  la  parodia  del  monarca
          del universo, despierta, Zeus puede atacarlo de nuevo pro­
          visto de todas sus armas. Y derrotarlo.
              En otra historia la astucia interviene de la misma ma­
          nera,  pero  en  ella Tifón  ya  no  es  visto  como  un  animal
           multiforme  o  un  coloso,  sino  como  una  bestia  acuática,
           una  formidable  ballena,  que  ocupa  todo  el  espacio  mari­
           no.  Tifón  vive  en  una  gruta  marina  donde  es  imposible
           combatirle,  ya  que  el  rayo  de  Zeus  no  puede  alcanzar el
           fondo del mar.  De nuevo una astucia invierte la situación.
           Como  es  un  animal  que  tiene  un  enorme  apetito,  Her­
           mes,  protector de  los  pescadores -ha enseñado a pescar a
           su hijo Pan-,  prepara un  banquete a base de pescado para
           saciar al monstruo marino. Tifón sale, en efecto, de su an­
           tro y se llena la panza hasta tal punto que, deseoso de vol­


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