Page 41 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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un león, brama como un toro. Su voz y su manera de ha
blar son tan multiformes, distintas y abigarradas como
monstruoso es su aspecto global. Más que una esencia es
pecial, emana de su ser una especie de mezcla confusa de
todas las cosas, una conjunción en un solo individuo
de los aspectos más encontrados y los rasgos más incom
patibles. Si esta monstruosidad, caótica por su aspecto, su
habla, su mirada, su movilidad y su fuerza, hubiera triun
fado, el orden de Zeus habría sido aniquilado.
Después de la guerra de los dioses y el comienzo del
reinado de Zeus, el nacimiento de Tifón constituye un pe
ligro para el orden olímpico. Su victoria habría significado
el retorno del mundo al estado primordial y caótico. ¿Qué
habría ocurrido? La prolongada lucha de los dioses entre sí
se habría borrado. El mundo habría vuelto a una especie
de caos. No habría sido el caos primordial del origen, sin
embargo, ya que de él había salido un mundo organizado,
sino una especie de desbarajuste generalizado.
TIFÓN O LA CRISIS DEL PODER SUPREMO
Tifón ataca a Zeus. La batalla es terrorífica. Al igual
que en la época de la lucha de los Titanes y los Olímpicos,
Zeus consigue la victoria mediante una especie de temblor
de tierra acompañado por una alteración de los elementos.
Las aguas se precipitan sobre la tierra y las montañas se
desploman en el momento en que Zeus lanza su trueno
para intentar romper y domeñar con su relámpago al
monstruo. En el propio seno de Hades, el abismo de los
muertos y la noche, todo se mezcla y todo se precipita. La
lucha de Tifón contra Zeus es la lucha del monstruo de
cien ojos llameantes contra el fulgor de la mirada divina.
Por supuesto, la luz que proyecta el ojo relampagueante de
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