Page 50 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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primer lugar, la Muerte, las Parcas, las Ceres, el Homici
dio, la Matanza, la Carnicería; son también todos los ma
les: la Miseria, el Hambre, la Fatiga, la Lucha, la Vejez.
Entre las maldiciones que pesan sobre el universo, se
cuentan Ápate, el Engaño, y Filotes, la Unión o Ternura
amorosa. La Noche las ha parido junto con el Homicidio
y la Matanza. Todas estas damas de las tinieblas se precipi
tan sobre el universo, que, en lugar de ser un espacio ar
monioso, se convierte en un hervidero de terrores, críme
nes, venganzas y falsedades. Pero, si nos fijamos en la
descendencia de Afrodita, encontramos, al lado de las
fuerzas positivas, otras aviesas. Están Eros e Hímero, De
seo y Tierno amor -hasta aquí, todo va bien-, pero tam
bién las exapáti, es decir el engaño y la falsedad, las tram
pas que se ocultan tras las palabras seductoras de las
jóvenes y, de nuevo, Filotes, la Unión o Ternura amorosa.
Entre el ámbito de las fuerzas de unión, de concordia
y de bondad que encabeza Afrodita y la descendencia de
un poder de las tinieblas que engendra todas las desdichas
posibles, existen cruces, intersecciones, duplicaciones: en
tre los hijos de la Noche figuran las frases seductoras y la
ternura amorosa, así como en el séquito de Afrodita las
sonrisas encantadoras de las muchachas corren parejas con
los embustes de esa misma ternura. El hombre embauca
do y burlado puede encontrar allí la desgracia. Así pues,
no todo es blanco a un lado, ni negro al otro. Este univer
so resulta perpetuamente de una mezcla de contrarios.
Al movilizar la cólera de las fuerzas vengativas, la No
che contribuye a restablecer la claridad de un orden que
las transgresiones habían oscurecido. Por su parte, la Afro
dita luminosa, la «Afrodita de oro», va acompañada de la
Afrodita Melainís, «La Negra», es decir, la oscura, la tene
brosa, la que trama sus artimañas en las tinieblas.
En la ordenación del universo, Zeus se preocupa de
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