Page 187 - Debate anti-utopico
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La izquierda desfigurada en los tiempos democráticos 187
Esta concepción sobre el manejo del poder, tanto del MAS como
de Evo Morales, expresaba una forma tradicional de hacer política. Así
se influyó en el desarrollo de varios conflictos donde el problema ideo-
lógico, una veces idealizaba las posibilidades de la democracia y otras
enunciaba los intereses de un nuevo tipo de autoritarismo: el autorita-
rismo competitivo (Levitsky & Way, 2010) porque para varios analistas
de izquierda, la administración gubernamental de Morales se iba convir-
tiendo, tanto en el “monopolio tiránico de la política en el país” (Tapia,
El Estado de derecho como tiranía, 2011: 8), como en el epicentro de las
nuevas utopías de transformación política para la implementación de la
Constitución entre 2009 y 2014.
La experiencia boliviana muestra también el carácter multicultural
de lo político y la presencia decisoria de los grupos excluidos (o coloniza-
dos desde la visión indígena) dentro del sistema democrático. Al mismo
tiempo, se manifiestan varias contradicciones más profundas, como el
regreso a un Estado controlador de la economía que centraliza el poder
y resuelve coercitivamente los conflictos, buscando, asimismo, destruir
cualquier oposición política. En este caso, si desapareciera la oposición,
surgiría un quiebre democrático que el nuevo Estado Plurinacional sería
capaz de aceptar como parte del “proceso constituyente revolucionario”.
Una de las claves para comprender la subsistencia del sistema demo-
crático es esta llamativa tensión entre diferentes formas de entender la
democracia en Bolivia. La tensión entre la democracia directa y plebisci-
taria frente a la democracia representativa. Por estas razones, el régimen
democrático en Bolivia tiene que apelar a la figura del referéndum casi
para todo: el referéndum de consulta sobre la exportación del gas natu-
ral (2004), el de autonomías departamentales (2006), el de revocatoria
de mandato presidencial y de gobernadores (2008), el constitucional y
número de hectáreas que puede poseer un ciudadano (2009), y los refe-
réndums autonómicos (2008-2009). Las consultas, paralelamente a sus
manifestaciones claramente democráticas, ahondaron el divisionismo y