Page 230 - Debate anti-utopico
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230 Debate Anti - utópico
de la modernidad. Empero, las teorías de la descolonización y los enfo-
ques teológico-políticos postmodernos, dejan de lado la posibilidad de
que el renacimiento del pasado indio contenga también elementos de una
pragmática reinvención de la modernidad. Ésta pervive y se reconstruye
gracias al empuje de sus grandes inventos como la democracia liberal
y un cosmopolitismo pluricultural que protege, inclusive a sus críticos
más impenitentes como la teología indianista, la cual, por último, acaba
siendo otro intento por preservar una vida gobernada por la tolerancia,
en medio del capitalismo salvaje que siempre atiza el fuego de los pro-
yectos utópicos más inverosímiles.
Terminar de evaluar a la izquierda indianista y los diez años de ges-
tión gubernamental de Evo Morales (2006-2016), equivale a reflexionar
una vez más sobre la corrupción y los anillos prebendales que envuel-
ven a diferentes niveles institucionales del Estado boliviano. Un análisis
sobre la eficacia de gobierno exige la evaluación de diferentes aspectos.
Primero, comparar los objetivos iniciales con los cuales comenzó una
gestión y, en segundo lugar, examinar si es posible una reorientación de
varias acciones en caso de existir obstáculos o enfrentar simples decep-
ciones que nos sorprendieron después de un tiempo porque no podíamos
haber imaginado una serie de circunstancias azarosas.
La decepción política más grande por la magnitud de los hechos de
corrupción en diez años de gobierno masista fue, sin lugar a dudas, lo
sucedido con el Fondo Indígena. Francamente dilapidaron el dinero, no
solamente en medio de una absoluta falta de transparencia e hipocre-
sía, sino que la información que va saliendo a luz muestra que todos los
miembros del directorio de dicho fondo sabían de antemano que estaban
violando las mínimas normas estatales de control financiero. Al mismo
tiempo, la presidenta del Fondo, Nemecia Achacollo (ex Ministra de
Desarrollo Rural) y los principales dirigentes indígenas y campesinos,
habían contratado diferentes “técnicos” para que formularan proyectos,
a sabiendas de que no tenían la intención de implementarlos, puesto que