Page 31 - Mediavilla-C-Caligrafia
P. 31
No obstante, los cambios de significado son un fenómeno poco frecuente debido
n los riesgos de confusión que podríru1 entraúar. Los aspectos que, por el contrario,
parecen muy variables eo la escritura provienen del tratamiento personal que el
escriba imprime sobre los signos, algo que en la actualidad denominaríamos su estilo
•J su «mano>>. En la mayoría de los casos esta voluntad creativa, o esta moda, no
~fecta en absoluto en la morfología general de una familia de letras o tle un alfabeto.
Precisamente es la comÍln observancia de la morfologí<l esendal por parte de todos
los calígrafos ue una época determinarla lo que nos permite en la actualidad leer
estos textos sin demasiada dificultad. La escritura será tanto más legible cuanto su
dspecto exterior re!leje más estrechamente y sin vacilación su pertenencia a una
familia bien cleftnida de letras, por ejemplo de aspecto redondo, estrecho o CJuebrado.
Por otro lado, aun cuando hnyan seguido un mismo aprendizaje y CISimilado los
mismos modelo, no toc..los los escribas trazan ~us letras del mismo modo. Sin duda
sus respectivos trazados no diferirán mucho en cuanto a los elementos generales,
pero estas particularidades tienden a ser más marcadas en la morfología de los signos
cuando su cl~1ctus está formado por varios trazos, como ilustramos a continuación:
4
-
2
Cuando el escriba respeta las particularidades tlel sistema que está en vigor en
su época, aumentan para el lector las posibilidades de datación del documento que
exrunina. Destacamos aquí el interés que ofrece el conocimiento de la morfología
para situar un texto en el tiempo. Sin embargo, datar con precisión una caligrafía es
una ardua tarea. Cuando es necesario justificar una fecha, observamos que a menudo
los detalles sobre los que se apoya la tesis guardan mucha relación con elementos
ajenos a la escritura; se recurre por lo general a lctias capitulares ornan1entadas,
cuando éstas se hallan presentes, a decoraciones marginales o a letras iniciales.
Como podemos imaginar, si bien el estudio morfológico permile abordar la cuestión
de la datación, éste no deja de ser un procedimiento emp[rico o insuficiente. El lector
que quiera profundizar en su examen deberá hacer intervenir otros elementos,
corno el ángulo de escritura o el ductus, sin lo cual correría el riesgo de llegar a
conclusiones erróneas, pues los textos caligrafiados en un mjsmo tipo de escritura
pueden pertenecer a épocas muy alejadas entre sí.
El ángulo de escritw·a
Esta noción se refiere a la posición en la que se sitúa el mstrumento del escriba con
respecto a la pauta que sigue la línea ele escritura. Si bien esta definición parece
simple y evidente, se revela insuficiente. Veremos,. en efecto, que el ángulo del
instrumento no siempre coincide con el ángulo que forma el perfil más fino.
Esto se explica por la utilización de una pluma cuyo bisel no está tajado en recto,
sino sesgado hacia la derecha. Se trata pues de dos realidades bien distintas: por
un lado el eje definido por el instrumento de escritura y, por otro, la dirección
NOC IO NES PI\ELIMINIIRES