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mismos, lo que nos empuja a crear. Cada cuadro y cada escultura debería ofrecer
una imagen de relaciones orquestadas con el fin de expresar una idea única, para
evitar la redLLndancta, la confusión y la grandilocuencia. Las l ínea~ y las masas de
una composición son energías susceptibles de reaccionar unas sobre otras. Si no han
sido concebidos según una relación armónica, lo::. elementos se encuentran aislados
y ninguno alcanza el efecto que habría podido producir. Un cuadro sin contraste
aparente es una cacofonía que no expresa ninguna voluntad plástica definida.
Dicho de otra forma, se trata de un no-cuadro o de una entidad vada.
Cuando se encuentra el ritmo, nos sentimos en contacto con el aliento del ser,
no solo con el nuestro, sino con el del mundo exterior. Sea cual sea el misterio del
ritmo, éste permanece estrechamente ligado a la vida, representa tal vez el secreto
mismo de la vidn y su más perfecta expresión. No sorprende, pttes, que a llavés de
las obras maestras de China o japón - dos pueblos atentos a la circulación de su
Grati~mo abstracto que ilustra Id ruerza rítmtC<t
energía interior- percibamos siempre el deseo de alcanzar el estremecimiento de la
nmtenJC!a en un simple tram.
vida, consecuencia del ritmo universal.
Caligrafía y pintura abstracta
Escritura y pintura son aparentemente dos ámbitos diferenciados. Sin embargo,
en ::.u origen, la escritura pictográfica no es más que una pura representación del
mundo, es decir, los signos que la componen permanecen muy cercanos a la
representación pictórica. Poco a poco, estos signos fueron evolucionando hacia la
abstracción alfabética; por tanto, existe una relación esencial entre escritura y
pintura. Para un artista plástico, la escritura tomada en su sentido literaJ constituye
un elemento de préstamo utilizable pero, debido a su especificidad - fijación del
pensamiento y de la palabra mediante signos convenidos-. la escritura no puede
pretender sustituir a la pintura. Ésta última no conduce a nada más que a ella
misma, cosa que no sucede con la escritura. No obstante, subsiste una ambigüedad
cuando el artista integra la escritura en su creación como elemento fundador, ya que
en ese caso su investigación se sitúa claramente más allá de la escritura.
Esta ambigüedad resulta posible desde una perspectiva de superación de la
escritura, precisamente cuando ésta adquiere una índole plástica que cambia su
carácter y la convierte en caligrafía. A partir de ese momento ya no cabe hablar de
Ejemplo de un rlrmo quebrado en el que rada
elemento toma una dirección distinta; t•lcrto
tle conjunto armonioso. Debajo, ritmo ncxible
y ondulado que se asemeja al movimiento de
una ola.
Esquema compuesto por elementos lineales
que muestra claramente t'l principio deldtmo _j
y del movimiento dinám1co mediante una
estructura simple.
l92 OE LA CALIGRAFÍA i\ L/\ 1\IISTilACCIÓN