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La tinta de galo-tanato de hierro
La invención de la tinta se remonta a la antigüedad más remota: en los hipogeos
egipcios se han encontrado papiros con escrituras realizadas hacia el año 2500 antes
de nuestra era. Por otra parte, parece confirmada la existencia de una tinta a base
de negro de humo en China en esta misma época o puede que incluso antes.
Sin embargo, no sabemos exactamente en qué momento se sitúa el descubrimiento
de la tinta férrica.
En el siglo 111 a. de C., Filón de Bizancio menciona el empleo de una tinta
confeccionada con tanato de hierro. No obstante, la primera recela que describe una
verdadera tinta metálico-gálica sigue siendo la que aparece descrita en el Papiro V de
Leyden, fechado en el siglo m de nuestra era. El texto es el siguiente: « 1 dracma de
mirra, 4 dracmas de misy,* 4 dracmas de vitriolo, 2 dracmas de agalla, 3 dracmas de
goma."
En esta receta están presentes todos los elementos esenciales para la composición
de la tinta ferrica, lo cual nos hace pensar que este procedimiento era conocido en
la antigüedad, que por cierto ya utilizaban los zapateros para teñir las pieles de
negro. Curiosamente, entre los siglos IV y xn, todas las recetas descritas se basan en
el negro de humo o de carbón. Por regla general retoman los trabajos de Plínio y
de Vitruvio. Durante la época merovingia ningún escrito nos indica por qué vía se
habrían podido transmitir los secretos de fabricación. No obstante, ya en el siglo rx,
lo::. cronistas árabes describían dos tipos de tinta: la que se hacía con carbón y la que
se confeccionaba a base de hierro. Las recetas de lbn Badis ( 1007· 1061) mencionan
la tinta férrica, dando así fe de su utilización en los países islámicos.
De izquierda a derecho:
Cornil de ilmoniaco, que permite aplit.:at el pan
de oro. Goma sandáraca. Coma arábiga. Ocre
rojo verdadero. Cola de piel.
Fue finalmente en el siglo X I I cuando el monje Teófilo, en su tratado De diversis
urtibus, nos propone la primera composición de tinta metálico-gáJica en Europa,
pero no incluye un aglutinante y la sustancia tánica no es otra que la madera de
espino. A partir del siglo XIII, todas las tintas se denominan completas, es decir que
se componen de tres ingredientes fundamentales: la agalla, el sulfato de hierro o de
cobre y la goma arábiga. El mismo proceso de fabricación siguió utilizándose hasta
el siglo >..vn. De cualquier forma, y aunque se desconozcan los verdaderos orígenes
de la tinta, hay que subrayar su importancia para todas las formas de escritura en
occidente. Sin la tinta a base de hierro y su capacidad de adaptarse a la pluma de
ave (contrariamente a las tintas antiguas, demasiado espesas), los escribas de la alta
Edad Media no habrían podido transmitirnos tan fácilmente las obras maestras
literarias, filosóficas y religiosas de las civilizaciones anteriores. Así pues, aunque
esta mezcla de tanino y de sulfato de hierro parezca una operación tremendamente
simple a ojos de los químicos actuales, para nosotros constituye un acontecimiento
muy importante por sus consecuencias, ya que, siglo tras siglo, extendió su
• Sullalo de hierro (vinlolo verde) mezclado con
influencia en Occidente durante casi dos milenios. En cierta forma, podríamos decir >olfato de cobre (vi u iolo nul). {N. del r.)
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