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                  emperador Justiniano la enseñanza de cualquier doctrina que no fuera cristiana,                  cerrando las escuelas de filosofía en Grecia entre ellas la Academia (Platón) y el                  Liceo (Aristóteles).                         Los  profesores  y  filósofos  de  la  Academia  y  del  Liceo,  así  como  sus                  bibliotecas fueron a Siria y posteriormente a Persia, en la que en el siglo VII fue                  influenciada por la nueva religión islámica, cuyo contacto hizo que a comienzos del                  siglos X surgiera en el mundo islámico una tradición filosófica llamada la falsafa,                  que proponía una interpretación racional del Corán.                         El primer filósofo árabe importante es Al-Farabí, quien trató de platonizar a                  Aristóteles en su obra Concordancia entre Platón y Aristóteles, así como separó la                  filosofía  de  la  teología  en  la  universidad  de  Bagdad,  otorgándole  una  entidad                  académica propia a la filosofía.  Al-Farabí distingue entre esencia y existencia, así                  como  considera  al  mundo  como  contingente,  no  necesario,  ello  en  virtud  del                  mismo islam que considera al mundo como una creación libre de Dios, por lo que                  pudo no haberlo creado, lo que permite describir un ser en su esencia, sin que el                  mismo  exista  necesariamente,  al  reconocer  la  no  existencia,  distinción  que  no                  realizó  la  filosofía  griega,  toda  vez  que  el  mundo  no  era  contingente,  sino                  necesario, ya que siempre ha existido y no puede no existir.                         Por  su  parte  Avicena  de  Persia,  fue  el  primer  filósofo  árabe  en  crear  un                  sistema  filosófico,  que  tendría  grandes  repercusiones  en  la  escolástica,  quien                  considera a todos los seres como necesarios, en la que se puede ser necesario                  por sí mismo, sin que el ser se encuentre determinado por otro ser, encontrándose                  lo  necesario  en  la  esencia,  así  como  se  puede  ser  necesario  por  una  causa                  exterior. Los seres y el mundo son necesarios por otro ser, ya que su existencia se                  encuentra limitada por un comienzo y un final, lo cual implica que siguen siendo                  necesarios por estar determinados por causas necesarias, así los cambios en los                  seres pueden ser necesarios, considerando al igual que Aristóteles que no puede                  existir una cadena o sucesión infinita de seres necesarios, que debe existir un ser                  necesario por sí mismo que le dio existencia al mundo y sin el cual no existiría,                  siendo Dios ese ser, en el que esencia y existencia coinciden.                                                             138
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