Page 349 - Libro de Compilacion 2019_Neat
P. 349

                         La  importancia  de  la  fenomenología,  es  históricamente  un  proceso                  inacabado y abierto, que intenta fundar definiciones más propias del mundo de la                  ciencia, para ello es preciso reconocer a Husserl, como el primer fenomenólogo.                  Husserl,  desde  la  perspectiva  de  Lyotard,  lucha  contra  un  psicologismo  que                  identifica  el  sujeto  del  conocimiento  y  el  sujeto  psicológico,  es  decir  contra  un                  escepticismo psicologista. Este tipo de escepticismo descansa en un empirismo,                  que es a la vez contradictorio, ya que al postular que la experiencia es  la única                  base del conocimiento y de la verdad, también es necesario, consiguientemente,                  aseverar  esta  tesis  con  la  experiencia,  es  por  ello  entonces  que  la  tesis  del                  escepticismo psicologista es contradictoria.Por otra parte, Lyotard efectúa críticas                  a Husserl, ya que lo acusa de formar una iniciación de la fenomenología en las                  ciencias del espíritu, no obstante se logra tal superación, en las investigaciones                  lógicas cuando se desentraña la función de la filosofía.                  11.- Después de un belicoso siglo XX marcado por dos guerras mundiales, el año                  2000 se exhibía como un milenio calmado: el nacionalismo había sido derrotado,                  la  integración  europea  emprendía  moneda  única  y  el  comunismo  era  una                  escombrera. Todo parecía exteriorizar que el mundo marchaba con paso decidido                  hacia el fin de la historia, el estadio último de la evolución política que había citado                  Fukuyama. Pocos años antes, el politólogo había divulgado su tesis. Para él, dos                  eran  los  envites  que  servían  de  motor  a  la  historia:  la  razón  científica,  que                  transporta de forma inexorable al capitalismo y, por ende, al individualismo; y la                  voluntad de ser reconocido por los otros. Para Fukuyama, la consecuencia lógica                  de ambas inercias era el triunfo de la democracia liberal, que se impondría sobre                  todas las demás ideologías en una supremacía que decretará el fin de los grandes                  acaecimientos humanos, esto es, el fin de la historia.                         El  libre  mercado  es  el  sistema  concedido  de  la  flexibilidad,  la  iniciativa                  personal  y  la  competencia  necesarias  para  acceder  la  innovación  de  la  ciencia.                  Por otra parte, la resolución que domina al individuo es la aserción ante los otros.                  Y  ese  anhelo  solo  puede  ser  satisfecho  por  el  ordenamiento  democrático.  Para                  Fukuyama, el liberalismo iguala la mesura de todos los seres humanos. En este                  sistema  ningún  individuo  es  más  que  otro,  lo  que  asiente  que  el  deseo  de                                                             349
   344   345   346   347   348   349   350   351   352   353   354