Page 350 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  reconocimiento se vea colmado. Es ahí donde Fukuyama enlaza con su idea del                  último hombre, un concepto que toma prestado del gran Nietzsche: dadivoso de la                  necesidad  de  reconocimiento  que  lo  definía,  el  hombre,  tal  como  lo  conocimos,                  deja de existir.                         Así pues, para Fukuyama, el acaecer político es un desafío constante entre                  formas de organización rivales. Fruto de esas friegas, muchas de ellas van siendo                  derrotadas  y  aparcadas  en  la  cuneta  de  la  historia,  y  al  final,  solo  una,  la                  democracia liberal, traspasará vencedora la línea de meta. A todas estas, muchas                  cosas han cambiado desde que Fukuyama publicara su teoría en el año 1992.                    Así se tiene que Cuatro años más tarde sería su preceptor, Samuel Huntington,                  quien  apareciera  a  apaciguar  el  optimismo  democrático.  En El  choque  de                  civilizaciones, Huntington sustentaba que el fin de las ideologías no daría lugar a                  un mundo poshistórico estimulado por la razón científica y el individualismo, sino                  que  marchábamos  hacia  un  nuevo  escenario  protagonizado  por  el  choque  de                  grandes  bloques  culturales  homogéneos  que  emplazó  civilizaciones.  Para                  Huntington,  el  progreso  material  no  traslada  de  forma  necesaria  a  envolver  los                  valores  occidentales,  como  manifiesta  el  resurgimiento  islámico.  Cinco  años                  después de estas reflexiones, el 11 de septiembre conjeturaría una declaración de                  guerra a Occidente y la apertura de un nuevo periodo histórico de conflictos.                  12.- La posmodernidad es el abandono de los grandes relatos o metarrelatos, a la                  manera de Lyotard. Los metarrelatos son las grandes ideologías del siglo XIX, que                  eclosionaron  en  el  XX,  como  el  liberalismo,  el  socialismo,  el  fascismo,  o  el                  cristianismo. Para Lyotard, la Modernidad murió en Auschwitz. Ante la incapacidad                  mostrada  por  los  grandes  relatos,  el  sujeto  posmoderno  edifica  sus  pequeños                  relatos,  a  veces  contradictorios,  eso  es  irrelevante,  al  no  tener  propósitos                  generales, sino un propósito particular, y además se trata alcanzar una vida más                  cómoda y sencilla.                         Vattimo  define  condición  posmoderna  como  un  distanciamiento  y  una                  superación respecto de los ideales básicos de la modernidad. Ésta muere cuando                  por múltiples razones desaparece la posibilidad de seguir hablando de la historia                  como una entidad unitaria y una realización progresiva de la humanidad auténtica.                                                             350
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