Page 291 - El Retorno del Rey
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       El camino sigue y sigue
       desde la puerta.
       El camino ha ido muy lejos,
       y que otros lo sigan si pueden.
       Que ellos emprendan un nuevo viaje,
       pero yo al fin con pies fatigados
       me volveré a la taberna iluminada,
       al encuentro del sueño y el reposo.
        Y mientras murmuraba las palabras finales, la cabeza le cayó sobre el pecho
      y se quedó dormido.
        La noche se adentró en la habitación, y el fuego chisporroteó más brillante; y
      al mirar a Bilbo dormido lo vieron sonreír. Permanecieron un rato en silencio; y
      entonces Sam, mirando alrededor y las sombras que se movían en las paredes,
      dijo con voz queda:
        —No creo, señor Frodo, que haya escrito mucho mientras estábamos fuera.
      Ya nunca escribirá nuestra historia.
        En eso Bilbo abrió un ojo, casi como si hubiese oído. Y de pronto se despertó.
        —Ya  lo  veis,  me  he  vuelto  tan  dormilón  —dijo—.  Y  cuando  tengo  tiempo
      para escribir, sólo me gusta escribir poesía. Me pregunto, Frodo, querido amigo,
      si  no  te  importaría  poner  un  poco  de  orden  en  mis  cosas  antes  de  marcharte.
      Recoger todas mis notas y papeles, y también mi diario, y llevártelos, si quieres.
      Te  das  cuenta,  no  tengo  mucho  tiempo  para  seleccionar  y  ordenar  y  todo  lo
      demás. Que Sam te ayude, y cuando hayáis puesto las cosas en su sitio, volved, y
      les echaré una ojeada. No seré demasiado estricto.
        —¡Claro que lo haré! —dijo Frodo—. Y volveré pronto, por supuesto: ya no
      habrá  peligro.  Ahora  hay  un  verdadero  rey,  y  pronto  pondrá  los  caminos  en
      condiciones.
        —¡Gracias, mi querido amigo! —dijo Bilbo—. Es en verdad un gran alivio
      para mi cabeza. —Y dicho esto volvió a quedarse dormido.
      Al día siguiente Gandalf y los hobbits se despidieron de Bilbo en su habitación,
      porque hacía frío al aire libre; y dijeron adiós a Elrond y a todos los de la casa.
        Cuando Frodo estaba de pie en el umbral, Elrond le deseó buen viaje y lo
      bendijo.
        —Me parece, Frodo, que no será necesario que vuelvas aquí a menos que lo
      hagas muy pronto. Dentro de un año, por esta misma época, cuando las hojas son
      de oro antes de caer, busca a Bilbo en los bosques de la Comarca. Yo estaré con
      él.
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